Dom. May 19th, 2024

Vista parcial de La Estrella, laboratorio-taller de Silva

José Luis Puga Sánchez

Autodidacta, científico, investigador, artista, provocador… cómo definir a Federico Silva. Tal vez como alguien que sin temores mostró su propia visión del mundo. Y como en ráfagas, como en episodios, catálogo de la exposición ‘Lucha y fraternidad. El triunfo de la rebeldía’, de Federico Silva, montada aun en el Museo de Arte de Tlaxcala (MAT), ofrece un mercurial recuento de la hoja de vida del artista.

El proyecto de la exposición, presentada inicialmente en el Palacio de Bellas Artes e inaugurada justo el día de su muerte en noviembre reciente, recibió en principio la reticencia de Silva, pues muy lejos de su interés estaba una exposición retrospectiva de su obra, pues no fue dado a las alabanzas. Su deseo era presentar su producción más reciente…. Pero lo convencieron de lo contrario y se emprendió la afanosa tarea de edificar una exposición que ilustrara casi 70 años de vida artística e intelectual.

Se trata de, diría la directora del Museo de Bellas Artes, Alejandra de la Paz, crear memoria sobre la obra de uno de los grandes artistas mexicanos, pero una cosa es el proyecto y otra muy diferente su construcción, pues a decir de los curadores Xavier de la Riva Ros y Joshua Dali Sánchez González, existe mucha bibliografía sobre la obra de Silva, pero no había texto alguno que abordara integralmente toda su trayectoria. “Difícil, por tanto, tratar de ordenar todo el universo estético de Federico Silva”.

Pero se logró, aun con pandemia de por medio y consecuentemente archivos cerrados o acceso muy limitado, donde uno de los episodios más relevantes fue el registro, en La Estrella, de más de 800 objetos, obras, esculturas de muchos tamaños. Dos años de trabajo dieron sus frutos en esta compilación retrospectiva, cuyo catálogo “Apuntes desde el Museo del Palacio de Bellas Artes”, narra todo el proceso curatorial, trabajo poliédrico compuesto por siete ensayos.

El primer ensayo habla justamente de la labor curatorial, del proceso de organizar y dar cuerpo a un discurso fuerte, sensible, enraizado, artístico, científico… “Silva siempre quiso estar alejado del mercado, a diferencia de la mayoría de su generación, representados por galerías. Silva se alejó de eso, pero también por eso no organizó su información, que estaba dispersa. No había una lista de obra con medidas, fechas, nombres y títulos, que se tuvo que hacer durante seis meses. No se había registrado previamente una retrospectiva total de la trayectoria artística de Federico Silva, con las particulares características de cada etapa”, observó el dúo de curadores.

La segunda colaboración corresponde a un texto ya publicado de Serge Fauchereau, donde el autor analiza las distintas autobiografías de Silva para registrar las reflexiones del artista sobre su misma práctica, y hay reiteraciones, las que Silva no ve como anomalía, sino como un revisitar el propio trabajo y con ello la aparición de nuevas ideas.

“Itinerario por uno o varios realismos sociales 1945-1968’, de Natalia de la Rosa y Julio García Murillo, analiza desde la materialidad las revistas de 1945 y 1946, “proyecto desarrollado en colaboración con intelectuales de la época como David Alfaro Siqueiros, Leopoldo Méndez, del taller de la gráfica popular, José Revueltas…”. Se ve aquí la importancia de lo público en el trabajo de Federico Silva.

En su texto “Experiencias lumínicas. Federico Silva y el arte cinético”, el curador Daniel Garza Usabiaga se adentra en los experimentos lumínicos y el devenir de Silva, cuyos diferentes periodos pueden parecer en primera instancia inconexos, pero unidos por el sentido artístico del pintor y escultor, por su preocupación por el movimiento. “Federico Silva es un revolucionario social, científico, artístico…”.

Elva Peniche Montfort, autora de “Federico Silva y la noción de ecología en los años 60”, explora a profundidad este tema. Federico Silva está ya pensando en un arte relacionado con el medio ambiente. Por ello realiza un simposio en Xalapa para hablar de arte y ecología, foro donde se plantará el germen del espacio escultórico de la UNAM, proyecto colectivo de carácter monumental, una de las piezas más importantes de América Latina, cuya autoría está en discusión, pero entre sus instigadores están, aparte del propio Federico Silva, Mathias Goeritz, Sebastián, Helen Escobedo y Manuel Felguérez.

Luis Ignacio Sáinz tituló su colaboración “Federico Silva, voluntad musical y sonoridad volumétrica”, por la cual se estudia el intento de Silva de dialogar con otras disciplinas, concretamente la música; cómo sus objetos cinéticos eran activados, también, por sonidos. Ejemplo: las esculturas que funcionan con el viento (‘Fuente solar’, en la siderúrgica Lázaro Cárdenas, que funcionaba a partir del sol y del agua); hay aquí un estudio sobre las esculturas que, pese a su carácter abstracto, siempre hay referencia a las culturas milenarias de Mesoamérica.

La conexión entre su arte cinético y su arte monumental es abordada por Lorena Botello Ibarra en el texto “Memoria de las exposiciones de escultura de Federico Silva”. Se trata de un recuento de las principales exposiciones de Silva en los 80 en el Museo de Arte Moderno (MAM), en el Museo Universitario de Ciencias y Arte (MUCA) de la UNAM. Y en un poema. Federico Silva habla de los cazadores de la luz. En este periodo un tema muy recurrente fue la muerte y su reflejo en el inframundo.

El último texto del catálogo, escrito por Laura González Flores, titulado “La técnica en Federico Silva. De la materia a la luz”, es una síntesis de la trayectoria enfocada específicamente en la luz. Señala en su colaboración que, en ese tiempo, quienes visitaban La Estrella la ubicaban como el lugar de los dibujos y con esa idea, Laura González plantea las esculturas como dibujos.

El catálogo de la exposición ‘Lucha y fraternidad. El triunfo de la rebeldía’, de Federico Silva, montada aun en el Museo de Arte de Tlaxcala (MAT), ofrece un acercamiento multidisciplinario a la obra y a la vida del artista, puesta a la venta por la módica suma de 600 pesos, y eso en su presentación.

contacto: piedra.de.toque@live.com

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