El lobo-hombre
Boris Vian En el Bois des Fausses-Reposes, al pie de la costa de Picardía, vivía un muy agraciado lobo adulto de negro pelaje y grandes ojos rojos. Se llamaba Denis,…
Boris Vian En el Bois des Fausses-Reposes, al pie de la costa de Picardía, vivía un muy agraciado lobo adulto de negro pelaje y grandes ojos rojos. Se llamaba Denis,…
Rosario Castellanos ¡Qué frías son las mañanas en Ciudad Real! La neblina lo cubre todo. De puntos invisibles surgen las campanadas de la misa primera, los chirridos de portones que…
William Faulkner Cuando murió la señorita Emily Grierson fuimos todo el pueblo a su entierro: los hombres fueron por una especie de respetuoso afecto por un monumento caído, y las…
Autoría incierta Cuentan que una vez se reunieron en algún lugar de la Tierra todos los sentimientos y cualidades de los seres humanos. Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera…
Anais Nin Louis no podía dormir. Se revolvió en la cama, se puso bocabajo, y, escondiendo la cara en la almohada, se restregó contra las sábanas calientes como si estuviera…
Baldomero Lillo La mañana es fría, nebulosa, una fina llovizna empapa los achaparrados matorrales de viejos boldos y litres raquíticos. La abuela, con la falda arremangada y los pies descalzos,…
Emilia Pardo Bazán Convidada a la boda de Micaelita Aránguiz con Bernardo de Meneses, y no habiendo podido asistir, grande fue mi sorpresa cuando supe al día siguiente -la ceremonia…
Fiódor Dostoievski I Soy un hombre ridículo. Ahora ellos me llaman loco. Y eso podría haberme supuesto un ascenso de grado, sí no me siguieran considerando igual de ridículo que…
Mariana Enríquez La primera fue la chica del subte. Había quien lo discutía o, al menos, discutía su alcance, su poder, su capacidad para desatar las hogueras por sí sola.…