Sáb. Sep 7th, 2024
El origen del mal

José Luis Puga Sánchez

Se ha planteado como un programa para mostrar y reconocer las aportaciones al arte y a la cultura que hacen las poblaciones LGBT+ en Tlaxcala, la semana cultural Tlaxcala Diversa, aunque las actividades se desarrollaron todo junio, este año fue dedicada a las identidades y experiencias transgénero.

En una serie de reflexiones en torno al tema, el secretario de Cultura en la entidad, Antonio Martínez Velázquez, recriminó rudamente a “las autoridades electas, particularmente en el Congreso, que mintieron sobre pertenecer a la comunidad”, a quienes les dio solo dos alternativas: “o dicen la verdad al pueblo o se comprometen con la agenda de la comunidad. No hay de otra. Si llegaron a través de una mentira, que lo digan: hubo quien se registró como no binario o binario, como lesbiana… y no son parte de la comunidad, nunca los hemos visto ahí, no han hecho ningún trabajo”.

Y enlistó lo que a su parecer son pendientes en la legislatura local saliente: derogar el “bochornoso y penosísimo” artículo de peligro de contagio en el código penal; quedó pendiente una reforma a la ley de no discriminación, para garantizar el cupo laboral para personas trans y no binarias; queda pendiente también la revisión de la legislación respecto a las infancias y adolescencias trans… “Hay mucho qué legislar”.

Otro punto que abordó fue una discrepancia con la organización de la semana Tlaxcala Diversa en Apizaco, donde el grupo LGBT local habría lanzado reclamos a Marvel (Martínez Velázquez). “La organización LGBT+ de Apizaco, que además es panista, lo que no tiene nada que ver, pero es importante decirlo, dice: ‘el secretario no organizó nada de la semana en Apizaco’. Nunca lo dije. ‘Que se retracte el secretario’. Y no soy el enemigo. Ninguno de nosotros lo somos. Los enemigos son los feminicidas, los transfeminicidas, las autoridades que reprimen las marchas… esos son los adversarios. Cuando se deja de ver al adversario, se ataca al compañero, y cuando eso pasa, fracasa cualquier intento de movimiento social”.

Antonio Martínez señaló también la urgencia de combatir los discursos de odio. Los medios de información –dijo- tienen la obligación de moderar mejor sus redes sociales, frente a los comentarios de odio. Tienen la obligación de presentar de mejor manera, y si no lo saben, informarse, las representaciones y las subjetividades de las poblaciones LGBT+ en las notas periodísticas, fundamental para que los lectores tengan una mejor comprensión de lo que sucede.

EL FILO DE LAS DROGAS

Queretano, artista visual, fotógrafo, gay, Valerio Gámez montó en la Pinacoteca de Tlaxcala una exposición que parte de la crudeza, para luego descender a la asfixia, a veces a la crueldad.

Sus Cristos son explosivos.

El cristo de los espejos es una escultura a base de pequeños espejos por la cual Gámez, en su etapa inicial como consumidor, lanza un grito de angustia: “Dónde está dios”, interrogaba. Después, durante su restablecimiento, esa escultura fue un compañero y “quizá” un guía. De una inicial representación burlona, se transformó en una representación lumínica.

Hay también un cristo tatuado, con estigmas, que lo representara en sus momentos de negrura, cuando caminaba los carbones encendidos de la dependencia, mezclado con imágenes de porno gay, todo en un ambiente de exacerbada sexualidad.

Muestra fotográficamente sus momentos de inyección, presenta el sexo servicio como rasgo humano, practicado por él mismo como consumidor y como vendedor.

Y como cierre del recorrido por la exposición, un video muestra una y otra vez, una y otra vez, a Valerio Gámez penetrado por otro hombre.

Dura, descarnada, agresiva, provocadora, angustiante muestra de una etapa en la vida de una persona, un artista, un gay.

La muerte de su madre fue un golpe demoledor para Valerio. Reconoce que no pudo reponerse por mucho tiempo. Y en ese trecho de fragilidad extrema en su vida, aparecieron las anfetaminas, el cristal… y casi se abrió las venas… aunque sí las perforó. Cayó en depresión profunda y “me topo con la sustancia, ahí se genera la adicción desde el primer contacto, lo que sucedió a mis 40 años de edad, sobre todo con cristal, metanfetamina psicoestimulante altamente adictiva. Nunca antes había consumido ningún tipo de droga o enervante”.

Su entorno, cual pudiera ser tierra fértil para favorecer las adicciones, lo describe como inicialmente sano. “Yo era el más estudioso de mis hermanos, el ñoño, entonces mi entorno en ese sentido era saludable. Con mi mamá había un entorno de cariño… amistades. Aunque hago artes plásticas, tenía muchos compañeros alcohólicos o consumidores de marihuana y otras drogas, pero yo no las había consumido porque nunca me habían llamado la atención. Mi entorno era común, muy de clase media”.

Ya consumidor profundo ese entorno cambió. “Tengo mi casa, tengo mi fuente de ingresos, pero todos los adictos acabamos igual, sin controlarlo y destruyendo nuestro entorno. Cuando tengo ya ese consumo agudo, mi entorno se vuelve oscuro, pues somos solo consumidores, ya no quería juntarme con mi familia, con mis amigos sanos… ya no había contacto porque yo estaba en mi casa muy a gusto drogándome todo el día, valiéndome. Y el cristal tiene además el efecto de quitarte el sueño por días, semanas. Entonces pasaban y pasaban los días y todo se vuelve muy fácil por internet; desde las aplicaciones de celular se consigue la droga y llega hasta tu casa. Si quieres tener encuentros sexuales, también los consigues por las aplicaciones… No salía de mi casa”.

Finalmente es recluido en el “anexo”, espacio informal para rehabilitación en bruto, pero que aleja al adicto del consumo, “Estaba en el anexo, tirado en el piso, llorando, sin poder controlarme, desesperado, pensando que me iba a volver loco porque no entendía que hacía yo en ese lugar, no entendía qué era ese lugar, no conocía a nadie en el anexo, creí que era gente loca y que yo estaba ya en un lugar para locos. Pasaron días, semanas. Hay que aclarar que uno llega ahí en pleno consumo, por lo que tardas semanas en bajar del avión”.

La caída al anexo le hace ver su situación y decide ahí empezar su recuperación. Cuatro años transcurrieron para que, desde ese momento trascendental de decisión, montara su exposición en Tlaxcala.

“Tengo 49 años y nunca olvidé al arte. Hace como 8 años empecé a consumir, pero ya estaba formado como artista visual, ya tenía, en ese momento, una trayectoria, cuando la droga te agarra desprevenido y ahí descompones tu vida. Nunca olvidé el arte, pero en la parte aguda de adicción no podía producir, ni la cabeza ni el cuerpo me daban”.

Su obra en la Pinacoteca de Tlaxcala expone su sensibilidad artística, su remolino de emociones y sus vaivenes vitales. “Para mí es muy difícil, porque me estoy exponiendo yo, pero después de las reacciones digo: ¡va! Lo hago. Me da miedo cada vez que expongo este tema, pero vale la pena porque por ahí hay alguien que se puede conectar y empezar su camino para la curación”.

LOS NÚMEROS

En una visión panorámica y números redondos, la semana cultural Tlaxcala diversa 2024, en una radiografía presentada por la Secretaría de Cultura local, registró una asistencia superior a las 5 mil personas, en un abanico de actividades que incluyeron la presentación de siete exposiciones, quince conferencias y charlas, tres presentaciones de libros, siete talleres, nueve espectáculos escénicos, dos pasarelas y dos ciclos de cine.

Antonio Martínez Velázquez dijo que en total se desarrollaron 46 actividades en distintos puntos del estado, abarcando tanto áreas urbanas como rurales, cuya programación incluyó mesas redondas y conferencias con expertos en derechos humanos, diversidad y género, con una inversión de poco más de 150 mil pesos.

Su permanencia ante la inminente partida de Antonio Martínez Velázquez, su principal impulsor, deberá depender de las propias comunidades LGBT+, salvo que quien ocupe la Secretaría pertenezca también a ese sector.

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