Jue. Nov 21st, 2024

Editorial

Más de cinco años de aparentar quimeras. Apenas meses después de la asunción de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia, fue emitida la instrucción para descentralizar de la ciudad de México todas las instituciones federales.

A Tlaxcala correspondía recibir a la Secretaría de Cultura.

Alejandra Frausto Guerrero, titular de la dependencia, habría de festejar, a fines de 2019, ser la primera secretaría en cumplir su proceso de descentralización.

Y durante alrededor de tres meses se le vio frecuentemente en el Palacio de cultura de Tlaxcala, su “sede” oficial. Días completos trabajando ahí, algunas semanas incluso. Pocas.

Después, paulatinamente, su presencia en el estado fue diluyéndose hasta solo arribar a la entidad cuando algún acto reclamase su presencia.

Se buscó entonces transformar el Palacio de Cultura en un centro cultural.

Se instaló La Colmena, “espacio colaborativo, abierto a compartir el aprendizaje, las experiencias y los saberes de la mano de las comunidades locales”.

Se abrieron espacios para proyecciones de cine, para exposiciones, Convites, que son talleres con temática específica, ejemplo de ello el ofrecido por bailarines del Ballet Folclórico de México, de Amalia Hernández, a bailarines locales.

Programas de presentaciones como el de “Los Pinos en Tlaxcala”, con una amplia baraja de exponentes de las artes escénicas nacionales, desde aquellos ya con renombre, hasta solistas o agrupaciones de comunidades diversas del país.

Pero también eso entró en crisis. Lentamente se fue adelgazando hasta casi desaparecer.

Solo la Feria Geek, dedicada a la cultura k-pop, ha ido en ascenso, incluso este año con una réplica en la Biblioteca Vasconcelos de la ciudad de México, aunque la más reciente edición pareció experimentar un estancamiento.

Al cambio de gobierno, con el arribo de Claudia Sheinbaum a la presidencia, solo sobrevive “Alquimagina”, programa orientado a las infancias.

El espacio para exposiciones plásticas o fotográficas en el enrejado perimetral se oxida. Las salas de exposición se llenan con suspiros y esperanzas rotas. Los jardines son hábitat solo para algunos gatitos…

El clavo en el ataúd llegó con el Festival Cervantino, ese festival tan arraigado ya en la sociedad tlaxcalteca desde décadas atrás, ahora que la Secretaría de Cultura estaba “asentada” en la entidad… no tuvo extensión del festival.

Signo de la relación Tlaxcala-Secretaría de Cultura.

contacto: piedra.de.toque@live.com

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