José Luis Puga Sánchez
La trenza es un tejido social que se crea a partir de los cultivos de maíz nativo. El maíz, las flores, los animales que convergen en este campo… y, ¡por supuesto!, la gente, explica Malena Díaz a propósito de su exposición fotográfica montada en el Museo Regional de Tlaxcala.
Y se trata de un tejido social, detalla la también escultura, aunque hoy en descanso esa faceta, porque alrededor del cultivo de maíz sucede un profuso intercambio de semillas. “No estamos hablando de maíz híbrido u otro tipo de maíz, estamos hablando de un maíz que han cultivado durante cientos de años las personas, lo que permite hacer intercambio de sus semillas”.
Esa posibilidad de trueque es una valoración social que Malena Díaz recibe, pero en su particular motivación para acercarse el maíz n su amplitud de variedades nativas, fue su colorido, “colores que guarda el pueblo otomí Ixtenco”.
Vivía en su natal Santa Ana Chiautempan, donde “no se cultivan tantos colores”, pero su llegada a Huamantla le descubre un horizonte de más de 180 colores de maíz. “En una sola mazorca puedes ver una gama inmensa de colores … y hay muchas mazorcas de muchos colores. Eso fue lo que me atrapó para estar clavada desde hace más de diez años documentando el maíz”.
Su trabajo busca mostrar, además del colorido, que el maíz es una de las más visibles expresiones de nuestra profunda conexión con la tierra. “Estamos muy arraigados los tlaxcaltecas, lo que a veces con la modernización olvidamos. Busco despertar orgullo de nuestras raíces y, además, que se reconozca y se apoye el trabajo de los campesinos, pues su trabajo no es tan fácil”.
El trabajo fotográfico de Malena Díaz ha sido ya conocido por campesinos, pues la exposición ya se montó en Ixtenco. Además, su proceso de acercamiento al maíz desde hace más de diez años, lo ha hecho fundamentalmente en las propias casas de los lugareños, con las familias de los campesinos… o en el campo. Y esos campesinos, esas familias, Malena agradece la “buena” recepción que han dado a su trabajo, percepción construida a partir de comentarios que la propia gente del campo le ha expresado. Les parece “bien”, “bonita”, palabras dimensionadas desde la poca expresividad general que envuelve a este sector social.
El trabajo fotográfico expuesto en la trenza es “más onírico”, pero “tengo mucho trabajo de documentación con ellos”.
La trenza tendrá continuación, ya que Malena Díaz tiene en mente una nueva serie que va “más hacia afuera, con más personas. Mi hija es la modelo y la uso como algo principal, pero ahora habrá más personas alrededor de ella. Será la misma trenza, pero tratada de otra manera, otro peinado”.
Metida de lleno en la fotografía, un tanto alejada, momentáneamente, de otras expresiones artísticas como la escultura y la elaboración de muñecas, Malena se reconoce muy apartada de la fotografía que actualmente se hace en Tlaxcala, “pero pienso que hay muchos jóvenes que están surgiendo, que tienen otro lenguaje; el lenguaje ha cambiado, ahora son más modernos, mucho el lenguaje digital, de las redes sociales… es su lenguaje”.
Piedra de Toque: Es ese el lenguaje, ¿pero la imagen en sí que te dice? ¿ha evolucionado?
Malena: No he visto mucho trabajo de fotógrafos. Estoy más vinculada con los fotógrafos de mi generación y a ellos los veo manifestado algo en su trabajo, aunque sinceramente estoy desconectada de lo que están haciendo mis colegas en Tlaxcala. Fuera de Tlaxcala, me gusta lo que se está haciendo, lo que están manifestando los fotógrafos.
Ella no se percibe como fuera de esa modernidad que identifica en el trabajo fotográfico actual, pues “a pesar de que mis fotos son del campo y todo eso, uso los medios digitales para darme a conocer, son herramientas que utilizo a mi favor”.
Piedra de Toque: Bien, pero esa es la forma, pero sigues retratando imágenes de siglos…
Malena: Si, pues me toca todavía esa parte. Todavía no me he modernizado tanto, ni siquiera con la inteligencia artificial. Me llama la atención, pero no sé cómo usarla. No sé cómo vaya a evolucionar mi fotografía a partir que empiece a utilizar nuevas herramientas.
En el acto inaugural, el director de Museo Regional de Tlaxcala, Diego Martín Medrano, refirió la importancia del maíz en las sociedades prehispánicas, cuyos testimonios pueden apreciarse en la vida cotidiana y en miles de piezas en barro halladas como evidencia.