José Luis Puga Sánchez
Ramón Javier Ayala Martínez es un poeta de emociones agrestes, toscas… Escribe con pasión, con aspereza, con rudeza. Y habla de lo suyo, de sí mismo, de su interior, de sus sueños y de sus pesadillas…. y encuentra eco, encuentra reflejos.
Poeta, traductor, ensayista y coordinador de talleres, su mirada está casi siempre depositada en la poesía, lenguaje que le permite caminar con ligereza y cierta seguridad.
Ese camino creativo personal, sin embargo, colisiona hoy con su andar humano. Ramón se enfrenta a sus monstruos, choca con una de sus raídas facetas que ha secuestrado sus sentidos por años, por muchos años.
Cansado de las heridas físicas, emocionales y espirituales auto inflingidas, pero también asestadas en quienes compartían con él su diario trafago de la vida, Ramón resolvió enfrentar y controlar, sino eliminar, su adicción, decisión que le conlleva dolor y suplicio.
Siete meses en un anexo en San Luis Potosí, siete meses sometido a la infamia deshumanizadora de una “cura” inculcada a sangre y fuego; siete meses arrastrado, deshilachado, vejado en un “tratamiento de muerte”; siete meses doblegado a golpes, hambre, agua helada…
Sobrevivió…
Su hermana es cercana observadora del proceso…
De ese inmundo episodio extrae momentos de martirio, de resistencia, de delirio, pero también de lucha, de determinación. Ese periodo de negrura Ramón lo lleva al papel, sobre el cual vomita un surtidor de sangre…
‘Epílogo de las sombras’ testifica siete meses de su vida… siete meses en el infierno…
Epilogo de las sombras
He aquí un vástago de la nada una rata putrefacta
Vienes desde lo más lejano del infierno
te apartaste por las vísceras de la noche y día
como tantos tropezaste con la oscuridad
venías buscando odio y destrucción
siendo la más vil aquel delirio de locura
Asumes la sangre como algo
Irreconocible
Pisadas de un viajero errante
Hincado llamaras al vértigo con voz de diluvio
La sincronía del aliento derrumbarse
en sus grietas
El filo reteniendo un pedazo de sombra
Una voz sucumbiendo a un rezo inconcluso
Un parpado al fondo de márgenes devorados por una plegaria
La simétrica figura de un ser calcinado
Honda presencia en destrozadas rutas
Hacia un rumbo que reposa en sufrimiento
Un aleteo a orillas del crepúsculo que fulminado cae al abismo
Tangible aquella oscuridad de rabia inconclusa
Palpitaciones en luz devorada y decadente
La pausa arrítmica sobre el resplandor del obituario
Finge misericordia sobre una destrozada alba
Acudes al llamado de un paso ausente
En un tiempo desgastado que se abre
Sobre un laurel internado en el silencio
Hacia una luminosa madrugada que fabrica una historia roída
En el grito que decae en llantos devorados
Atestiguas dioses marcados de putrefacción
De altares inundados bajo lluvia y olvido
Algunas frases ilegibles para la noche que se pierde en la sien de la muerte
mis pensamientos se incendian sobre el cráneo de la vida
El amor es un cadáver perfecto como la mierda de la existencia
Es la primera vez que resuena mi nombre como si alguien me llamara
Como un ataúd que nombra memorias ardientes
De la mentira es que dirigiste el dogal en cuello propio
Que la sangre inmutable del ayer fue un olor fétido de ausencia
Los vientos ensombrecidos mueren en los atardeceres
Mira como de las constelaciones arden en la nada
mi existencia es vomitable un obstinado acto irreversible de autodestrucción
Para mí el alcohol es un fantasma ingobernable
Mis sueños fue un hogar y un cementerio
De escozor donde el reino del vacío repiquetea sobre las tinieblas
Te asomas sobre precipicios venidos de la nada
Conjuraciones de rapiña y olvido
Para cada vida hay espectros que componen furiosas leyes sin voz ni amparo
para quien la sed arde en las entrañas
no voltees hacia aquí.
No te detengas.
Porque hay alguien cuyo poder corromperá tu delirio
un harapo deslumbrante del cielo con su trozo infinito de desecho
Una sombra que desertó de Dios y de la esperanza
fuiste elegido para sembrar tu cosecha en el infierno
y entre todos los dioses para condenación de cada hombre.
Esa soledad de incipientes delirios
del que tomó en la sangre una ponzoña eterna
del que no soñó con el cansancio del aura
de cenizas bendecidas por reclamos de murmullos ensangrentados
No es castigo vivir entre demonios y sus secuaces
ni un vestigio de polvo olvidado
la centelleante máscara de un adicto paseado sobre sombras intangibles
te desgarra la noche con su porción de melancolía
y apolilla con su infección en la tela de los sueños.
Es el olvido que pasa sigilosamente en la memoria
Hasta el fin de los siglos levantará su canto rebelde contra el mundo.
Su paso es una llaga sobre el rostro del tiempo
Por lo que el atrás se sumergió en olas de tempestad
Derribado por viejas canciones de una tormentosa tempestad
un recuerdo para abatir lo que alguna vez fuiste
ahí donde resides con el corazón abatido
tomando el rumbo de lo oscuro
el hato hirviente de velas encendidas
así como creías en el fondo de la penumbra se alzan mantos de huesos
el fútil receso donde la ahorca es humo y estruendo
donde el fuego asemeja al cráneo de las lágrimas
callada viene la muerte con sus alas de cuervo
con póstumas claridades de tonos de los ayeres
cumples con la ceremonia de los malditos
una sangre de olvidos y muertes
melodías infectas de pasados innombrables
lloras mientras el velo de lo eterno camina sobre la memoria
atardeceres donde el reino de las calaveras sueña con lo inanimado de algo que no existe
caminas sobre desfiladeros es tomar la rabia y convertirla en amaneceres de luto donde los ángeles dejan caer una gota de efímera nostalgia.
Ramón Javier Ayala Martínez es poeta, traductor, ensayista y coordinador de talleres mexicano. Licenciado en Literatura Hispanoamericana por la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Miembro titular de la Academia Nacional de Poesía de la CDMX. Fue becario del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (Pecda) Tlaxcala en sus emisiones 2007 y 2014, y en el 2022 el Pecda para creadores con trayectoria. Obtuvo el Premio Estatal de Poesía Dolores Castro 2015. Ha sido locutor del programa Insania La Furia del Metal.
Autor de seis libros de poesía. Obra suya forma parte de cuatro antologías colectivas. Poemas y traducciones suyas han sido publicados en Periódico de Poesía, Círculo de Poesía, Letralia, Revista de poesía de Chile, La Otra y Poetas para el siglo XXI. Y en muchas otras revistas. Ha coordinado diversos talleres de poesía dentro de México. Como traductor, ha vertido al español poemas de John Berryman.