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Editorial
En mayo de 2023 el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (Indep) donó al gobernó de Tlaxcala diez viejas estaciones de tren localizadas en Muñoz, Nanacamilpa, Chiautempan, Mazapa (Calpulalpan), Españita, Atotonilco (Ixtacuixtla), Zacatelco, Tocatlán, Sanctórum y Huamantla.
El acto tuvo como fin que la Secretaría de Cultura de Tlaxcala tome esas construcciones, las acondicione y las opere como espacios para la impartición de disciplinas artísticas.
Casi dos años han pasado de ese acto de donación.
Y ahora, con ese lapso transcurrido, un comunicado de presa del gobierno del estado da cuenta de la firma de un convenio de colaboración entre la Secretaría de Cultura y el ayuntamiento de Chiautempan.
La información difundida atribuye al ayuntamiento la responsabilidad del diseño de “mecanismos que salvaguarden la identidad y promuevan en las nuevas generaciones el interés por las técnicas textiles preservadas de generación en generación”.
¿Por qué a un año y medio de la donación se firma convenio con un solo ayuntamiento?
¿Y las restantes nueve estaciones donadas en el mismo acto?
¿Tiene el ayuntamiento de Chiautempan nivel de conocimiento y preparación para diseñar esos “mecanismos” encomendados?
¿¿¿ ???
¿PROTECCIÓN A LA TALAVERA?
Otro comunicado de prensa da cuenta de la “creación del plan de salvaguardia del proceso artesanal de la talavera de San Pablo del Monte”. Se subraya la colaboración de la comunidad y las instituciones.
El proceso de elaboración del plan tenía ya más de un año.
Pero el plan de salvaguardia, lo importante, no se publica, no se difunde.
Cómo ese análisis salvó el punto de que la talavera tradicional, la reconocida por la Unesco, se elabora con barro vidriado, ese que se está tratando de eliminar por su condición de precursor de cáncer. Si se alteran los ingredientes originales, como es el barro vidriado, perdería automáticamente su condición de patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, título que comparte con los artesanos de Puebla y con los de Talavera de la Reina y El Puente del Arzobispo, España.
Lo que la Unesco entregó, dos años atrás, es el registro binacional (México/España) del “Proceso de Fabricación de la Cerámica de Talavera como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”. Debe subrayarse: “proceso de fabricación”, no el producto en sí. Y es obligación, así, respetar procesos e ingredientes originales, bajo pena de perder el registro.
¿Cómo este plan de salvaguardia pudo resolver ese grave conflicto?
¿O no se abordó y por tanto no se resolvió?
¿Cuál es ese plan?
Urgente, muy urgente es para la Secretaría de Cultura resolver su fundamental problema de carecer de un departamento de difusión, pues si bien puede argumentarse que existe el área, en los hechos, en la práctica está en el congelador, inerte, inmóvil… muerto.