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José Luis Puga Sánchez
Hablan de maternidad, “evocada como un arrullo que nos envuelve en una atmósfera de ternura y protección”. Hablan del agua como un cuerpo viviente, “conectándonos con la naturaleza y nos invita a reflexionar sobre nuestra propia fragilidad”. Usan a la lengua, “en constante transformación, que nos revela la complejidad y la belleza de la comunicación humana”. Y tocan la espiritualidad…
Siete poetas tlaxcaltecas decidieron meter sus palabras, sus versos, sus ideas y sus emociones en un escaparate: Vuelo de letras. Escritoras de Tlaxcala, libro coordinado por la también poeta local Minerva Aguilar Temoltzin que se presentó días pasados en la Facultad de Filosofía y Letras de la Autónoma de Tlaxcala, como parte de la Feria internacional del libro de Coyoacán.
Álvaro Balbuena Pérez, músico, gestor, periodista, fotógrafo y estudiante en la licenciatura de lengua y literatura hispanoamericana de la UATx, encargado de la presentación, después de confesar su “virginidad” en tales menesteres, dijo que en los textos permea una infatigable “invitación a adentrarnos en nuestra alma”.
Y en una curiosa taxonomía que basó exclusivamente en el acta de nacimiento de cada una de las escritoras, con todo lo inestable o ficticio que eso puede ser, Balbuena dijo que el volumen ofrece recorridos por distintas corrientes literarias y estilos escriturales que parten de los años 50, con Citlalli H. Xochitiotzin; en los 60 con Angélica Minor, Isolda Dosamantes y Olimpia Guevara; los 70 con Ignacia Muñoz y Marisol Nava, para cerrar en los 80 con Tzuyuki Flores.
Después individualizó su aproximación:
De Angélica Minor señaló que su poesía es un torrente de imágenes oníricas que nos sumergen en un universo acuático, donde el caos y la creación se entrelazan. En esos paisajes marinos el agua se convierte en un ente vivo, capaz de gestar mundos y creaturas. Su originalidad reside en su capacidad para humanizar lo abstracto, otorgando a elementos como el sol o el mar, una carga simbólica trascendental. Sus metáforas audaces y su forma de describir los paisajes nos invitan a una lectura activa, donde cada verso es una oportunidad de explorar nuevos significados.
Sobre Citlalli H. Xochitiotzin –cuya presencia estaba anunciada, pero nunca llegó, sin explicación alguna-, señaló que su poesía revela una extensa búsqueda espiritual, a través de referencias al dios católico, pero sin caer como tal en una literatura religiosa. Pero todo indaga en su interior, cuestionando su entorno, construyendo su propio camino. Paralelamente, explora la corporeidad y lo sensorial, celebrando el cuerpo femenino y sus sensaciones; sin embargo, es en su reflexión sobre la mujer donde la poeta alcanza una mayor profundidad, analizando su papel en la sociedad y su lucha por la autoafirmación.
Utilizando la búsqueda constante de la autora para comprender su lugar en el mundo y por construir una identidad femenina sólida y empoderada, el aporte de Xochitiotzin a la antología –recalcó Balbuena- representa un punto de inflexión en la literatura tlaxcalteca, donde las autoras empiezan a experimentar con nuevas formas de escritura poética, optando por el verso libre entre sus logros. Mientras va explorando temas existenciales y busca un diálogo con su entorno, Xochitiotzin maneja una diversidad de temas en su literatura, desde temas tradicionales, así como nuevos horizontes para la literatura tlaxcalteca.
Ignacia Muñoz, otra de las poetas participantes, “fusiona” la belleza de la flora y fauna. Con sus poemas en verso libre, haikus, la escritora conmueve con su sensibilidad y su capacidad para evocar emociones intensas. A través de su literatura, la autora nos transporta a paisajes melancólicos e invita a reflexionar sobre el amor, la pérdida y la nostalgia. Su propuesta logra dar un nuevo aire al uso de las lenguas originarias para escribir poesía. Al experimentar con el náhuatl, Muñoz no solo revitaliza esta lengua ancestral, sino que también enriquece el panorama literario actual, demostrando que la poesía es un espacio para la innovación y la exploración.
En cuanto a Isolda Dosamantes dijo que “desde la evocación de la figura de García Lorca, hasta la descripción de las bulliciosas calles de Chicago, los versos de Dosamantes trazan un mapa poético de la experiencia urbana contemporánea. Entre bulliciosos clubes nocturnos, como también los rincones más íntimos de la vida, la autora ofrece una visión poética de la ciudad como un organismo vivo. Aquí el yo poético se encuentra inmerso en una compleja red de relaciones y experiencias. Su estilo, marcado por una devoción a la música y una cuidada selección de imágenes, nos transporta los rincones más íntimos de la metrópolis, donde el amor, la soledad y la búsqueda de identidad se entrelazan con el ritmo frenético de la vida urbana”.
Marisol Nava, la doctora de la casa, la Autónoma de Tlaxcala, proyectó en Balbuena un viaje introspectivo, donde el yo poético describe cómo el cuerpo recibe con orgullo y amor el pasar de los años, creando una sinergia con su alma. Con una sensibilidad única, la autora describe la paz y la satisfacción que encuentra en su hogar, un refugio donde el ronroneo de su gatito se convierte en una melodía reconfortante. Sus versos, llenos de imágenes sublimes, nos transportan a un mundo íntimo y personal, donde lo bello de la naturaleza y la simplicidad de la vida cotidiana se entrelazan, desarrollando una experiencia inmersiva donde el lector se imagina su propia fisura en el paraíso, de donde emerge cada mañana.
También de casa y figura nodal en la carrera de letras de la universidad, Olimpia Guevara lanza, a decir del presentador, un canto a la tierra, a la maternidad y a la vida. Sus versos destilan nostalgia y admiración por su patria, evocando paisajes, aromas y sabores que nos conectan con nuestras raíces. A través de sus palabras, experimentamos la alegría y el dolor de pertenecer a un lugar y comprendemos la importancia de honrar la tierra de dónde venimos. Escribe sobre nuestra lengua y su conexión con la fibra materna, además del inmenso amor que se tiene y como, detrás de los regaños y reclamos se encuentra ese sentimiento de preocupación amorosa. Es por eso que en su texto “Ese día”, con una prosa que trae una carga paradójica, confrontamos la finitud de la vida que refleja la complejidad de los sentimientos que acompañan a la pérdida de un ser querido.
De la más joven del heptágono, Tzuyuki Flores, el presentador se dijo sorprendido por su propuesta “audaz y vanguardista”: En baratas medias negras, la autora nos sumerge en un universo erótico intenso y visceral, desafiando convenciones y explorando la sensualidad desde una perspectiva cruda y sin concesiones. Su escritura, cargada de imágenes potentes y descripciones detalladas, nos invitan a una experiencia literaria intensa y provocadora. En sus poemas, la autora explora los matices del amor y del desamor, revelando una pasión intensa y desgarradora. Su yo poético busca, con desesperación, un amor que la consuma y la transforme y sufre las heridas de este amor no correspondido.
Con la presencia de Gerardo Valenzuela, director general de la Feria internacional del libro de Coyoacán, la compiladora de la antología, Minerva Aguilar Temoltzin, alabó el nivel de la escritura actual en Tlaxcala y festejó su experiencia en el trabajo de recolección del material, pues encontró trabajos que no conocía… y fue relampagueante, pues dijo que el proceso inició un 1 de agosto de 2024… y un mes después, el 1 de septiembre, estaba ya listo. En esta fuente, Vuelo de letras. Escritoras de Tlaxcala, afirmó categórica que visibiliza el talento de las siete escritoras participantes y se muestra la rica tradición literaria existente en el estado.
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