Jue. May 22nd, 2025

José Luis Puga Sánchez

“Mirar siempre a nuestro patrimonio cultural material e inmaterial es una de las formas de conocernos y reconocernos como entes que hacemos historia, y nos recreamos en ella dándole continuidad y haciéndola trascender”, dijo el director del Centro INAH Tlaxcala, José Vicente de la Rosa Herrera, durante la apertura de la exhibición Patrimonio vivo de Tlaxcala en la sede del ayuntamiento de Tlaxcala.

En la continuación del jolgorio celebratorio de los cinco siglos de la fundación de la capital tlaxcalteca, la muestra consiste en 20 fotografías de gran formato que muestra diversas facetas de la vida social y cultural en el estado.

El patrimonio vivo –prosiguió De la Rosa- incluye nuestra esencia a través de los saberes, los usos sociales, las tradiciones orales, los rituales y actos festivos, las artes y artesanías, las prácticas que retratan el entorno, mismo que se recrea constantemente, ya que, al transmitirlo por generaciones, se transforma y adapta al devenir social, sin olvidar el apego a las formas de expresión originales.

La Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) aprobó, en 2003, la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, la cual alienta y respalda a los países para que adopten medidas que garanticen a las comunidades la salvaguardia de su patrimonio vivo.

La secretaria de cultura del Estado, Karen Villeda, recordó la denominación de la Unesco para el conjunto conventual de San Francisco como Patrimonio Mundial. Recordó también la declaración de la Unesco a la fabricación artesanal de cerámica de estilo talavera en San Pablo del Monte –y otros tres lugares allende fronteras estatales- como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Así como la reciente “publicación” del plan para su salvaguardia.

“Para conocer quiénes somos, tenemos que voltear a ver nuestro patrimonio material e inmaterial a lo largo y ancho del estado. Ver los productos artesanales. Observar de dónde venimos y pensar hacia dónde vamos, sobre todo ahora que estamos en el año 500 de la fundación de la ciudad de Tlaxcala”.

Y regresó, como muchas veces mucha gente antes, al lema de “Tlaxcala, cuna de la nación”: “Aquí nació nuestro México, aquí nació el crisol que conforma nuestro país mestizo. Es esta una de las primeras ciudades fundadas por los europeos en el continente americano”.

Y habló de la talavera, de los “saltillos” de Contla, “como los conocemos”, que realmente en este estado se conocen como sarapes, “todo es mezcla de las tradiciones indígenas, de aquel simbolismo que nos caracterizaba, con el sincretismo adquirido a la llegada de los españoles”.

El acto inaugural tuvo su cierre con la intervención del alcalde Alfonso Sánchez García, quien, después de los agradecimientos de marras, donde no pudo pronunciar el apellido de su director de Cultura y tuvo que leerlo, emparejó el 22 aniversario de la convención de la Unesco para salvaguardar el patrimonio cultural inmaterial, con los 500 años de la fundación de la ciudad de Tlaxcala.

La exposición –dijo- es una muestra de la fusión de dos culturas que forman la identidad tlaxcalteca. Se encuentran imágenes de procesiones y otros rituales religiosos, danzas e indumentarias típicas de cada región, música tradicional, cocina típica, artesanías, medicina tradicional, entre otras expresiones que siguen latiendo con fuerza en cada rincón de Tlaxcala como la talavera, las alfombras de Huamantla o los carnavales que hoy nos dan sentido de pertenencia.

Y tan, tan…

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