José Luis Puga Sánchez

Un año tiene la 4T ocupando nominalmente la silla gubernamental en Tlaxcala. Un año tiene que Antonio Martínez Velázquez fue nombrado director general del Instituto Tlaxcalteca de Cultura (ITC), que medio año después mutaría a Secretaría de Cultura. Un año tiene que empezó una reingeniería en políticas, programas y acciones en el campo cultural en el estado de Tlaxcala.

¿Y?…

… y Antonio Martínez Velázquez se siente satisfecho, “bastante satisfecho” ante los resultados, obviamente inacabados aún, de su primer año de gestión.

De ese “desorden” que dijo encontrar en el fenecido Instituto Tlaxcalteca de cultura, empezó por –recalca- hacer valer el artículo 4 constitucional, que reconoce el acceso a la cultura como un derecho fundamental, lo que “naturalmente obliga a las instituciones a ser garantes de ese derecho, como la salud, como la educación… solo que antes se pensaba como un accesorio, como un capricho de gente culta, pero no había una política como tal”.

Y lo que encontró fue…: programas que funcionaban bien, pero que a veces se desatendían sin razón aparente. Ejemplo de ello citó el programa de ediciones del ITC, pues “tenía altas y bajas, basta ver el catálogo y hay cosas de buena calidad porque tenía jurados y tenía convocatorias abiertas, luego se ven épocas de muy mala calidad, donde se ve claramente que es como algún pago de favores o de lo que sea. No había continuidad porque no era una política, solamente era organizar el catálogo de publicaciones”.

Otro ejemplo citado: El Museo de Arte de Tlaxcala (MAT). Acepta que, como toda institución, el actuar en los museos tiene mucho que ver con la visión desde la dirección. Y bajo la dirección de Helena Hernández, hoy coordinadora general de patrimonio de la secretaría a su cargo, el MAT tenía “cierto tema, como más internacional, intercambios. Cambia de director y llega una época con cosas de menor nivel. No hay continuidad”.

Pero es –aclara- un tema conceptual, es ver a la política cultural como forma para garantizar un derecho, “para eso debe funcionar la institución, no solamente para algunas personas, para algunos grupos”.

Marvel -su sobrenombre en los pasillos por Martínez Velázquez- adjudica el “desorden” político e institucional encontrado por él, a la visión de los más recientes “tres o cuatro gobernantes”, quienes afirma que veían a la cultura como un accesorio para que se viera bonito el gobierno. “Ahora la gobernadora entiende a la cultura no como un accesorio, sino como un eje de su política general de gobierno”.

Ya en el cargo, la primera acción de Marvel fue plantear tres ejes centrales para la ejecución de la política cultural en el gobierno de Lorena Cuéllar: formación artística, defensa y difusión del patrimonio cultural y dignificación de la infraestructura cultural.

La operación de estos tres ejes dijo que permitió el ordenamiento de direcciones y programas alrededor de los mismos objetivos, de tal suerte que “este año, aunque tuvimos un aumento de 14 por ciento en el presupuesto respecto al ejercicio anterior, hemos hecho el triple, simplemente por ordenar los esfuerzos de todo el mundo, que antes estaban en una isla, un archipiélago… ahora todo es un continente. Es ese el cambio sustantivo, logrado a partir de la aplicación de los tres ejes concretos, asumidos cabalmente por todo el personal de la secretaría”.

San Francisco, patrimonio mundial

Para ilustrar la aplicación de sus políticas, las primeras en el estado desde una Secretaría de Cultura, Antonio Martínez resaltó la instalación del consejo interinstitucional para la salvaguarda, protección y conservación del conjunto conventual franciscano y catedralicio de Nuestra Señora de la Asunción, en seguimiento a la declaratoria de la Unesco del sitio como patrimonio mundial, declaratoria que se añade a la anterior que atañe a los primeros conventos del siglo XVI en las faldas del Popocatépetl, donde se involucra a los estados de Puebla y Morelos.

La constitución del consejo interinstitucional, a poco más de un año de la declaratoria –presume- sitúa a Tlaxcala al frente en la forma de organizar los trabajos alrededor de un sitio declarado patrimonio mundial. “Ni Puebla ni Morelos tienen un consejo como el de Tlaxcala”.

La operación del consejo ha permitido avanzar sobre la remodelación, el programa cultural y recursos económicos que aún requiere el sitio, pero además en su zona de amortiguamiento, que prácticamente es todo el centro histórico, lo que ha permitido generar proyectos comunes, como la iluminación artística de todo el centro.

La talavera, patrimonio mundial

Con menos reflectores y anterior, el caso de San Pablo del Monte Marvel aclara que tiene que ver con patrimonio inmaterial, pues la declaratoria de patrimonio mundial es hacia sus procesos de elaboración, no para el producto en sí, “lo que involucra a muchas personas, que en este caso no se ponen de acuerdo. Nosotros somos facilitadores, los acompañamos. La meta es la constitución del consejo regulador de la talavera en el estado de Tlaxcala, pero los artesanos deben ponerse de acuerdo sobre los integrantes del consejo”.

La constitución del consejo regulador local evitaría que los artesanos de San Pablo del Monte viajen a Puebla para someterse a un consejo regulador, que “casi acabe discriminando a las piezas que son del estado de Tlaxcala y no las certifica como talavera”.

Un consejo regulador de la talavera explicó que básicamente es un laboratorio con tecnología que certifica si “cada pieza está bien horneada, si tiene plomo, si se siguió el proceso o no… y la certifica como tal”.

Muchos de los artesanos hoy firman sus piezas como de Puebla “para que no se las rechacen en el consejo. Es un tema complicado, político y sin razón de ser. Puebla no tiene la exclusividad de la talavera. La propia Unesco le da a San Pablo del Monte y a Puebla, en México, y a Talavera de la Reina y Puente del Arzobispo, en España, la misma declaratoria. Y la declaratoria es para sus procesos de elaboración, no para el producto terminado en si”.

No hay, por tanto, impedimento alguno para que Tlaxcala tenga su propio consejo regulador y sean los propios artesanos, una vez puestos de acuerdo, quienes lleven adelante esa protección. Hoy están tratando de organizarse y retomar confianza, “después de muchas administraciones que no les cumplieron. La desconfianza en las instituciones la plantan las mismas instituciones”.

Una vez lograda la conformación del consejo, Marvel anticipa que vendrán proyectos ya planteados en torno a la salud, a talleres, a materia prima, muy importante último punto pues “el cerro de donde extraen el barro está invadido por aviadores”. Traen ahora el barro de Tehuacán y otros lugares. El tema ya ha sido planteado a la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) federal, para que identifique un nuevo lugar para extracción del material. “El decreto original del cerro de donde se extrae el barro, es un decreto federal de los años 80”.

En otros puntos, el proceso requiere en este momento, “quizá”, inversión en imagen urbana, inversión que requiere otro tipo de actores involucrados. En salud, está ya acordado el convenio entre el hospital Juárez y los artesanos, para un programa de salud para no descuidar el plomo. “Son distintas prioridades… y todas se están atendiendo en distintos niveles”.

Finalmente dejó en claro su confianza para que, en diciembre de este año -2022- quede conformado el consejo regulador de la talavera en San Pablo del Monte.

Preparan candidatura para alfombras de Huamantla

La tradicional “Noche que nadie duerme” en Huamantla es el cenit de una ancestral expresión artística, religiosa y cultural que viste de gran prestigio a la ciudad dentro y fuera del país. El 14 de agosto la virgen de la Caridad sale de su nicho y efectúa un paseo por la ciudad. Para celebrar el ritual, muchos vecinos de la ciudad se organizan y, juntos, confeccionan kilómetros de multicolores alfombras florales en las calles de la ciudad donde pasará la virgen.

Su prestigio ha rebasado fronteras, a grado tal que un grupo de lugareños viajó a Europa para elaborar, ahí, sus afamadas creaciones.

El año pasado, ya en la presente administración estatal, apenas la Unesco emitiera la declaratoria para etiquetar como patrimonio de la humanidad al conjunto conventual franciscano y catedralicio de Nuestra señora de la Asunción, inmediatamente el gobierno del estado y huamantlecos interesados iniciaron trabajos para la elaboración del expediente, requerido por la Unesco, para presentar la candidatura de las alfombras de Huamantla como patrimonio de la humanidad.

Antonio Martínez Velázquez confirma que está constituido un equipo que se encarga ya de la elaboración del expediente. “Se trabaja taller por taller para verificar procesos, recabar testimonios, entrevistas, documentación histórica y demás elementos necesarios para poder armar el expediente”. Es un proceso muy complejo y se estima que en seis o siete meses más estaría conformado el expediente para, consecuentemente, presentarlo a la Unesco.

En el limbo valioso archivo de Tlatlahuquitepec

El último punto abordado en patrimonio por Antonio Martínez lo tiene entusiasmado. Entró en contacto con el archivo con manuscritos del siglo XVI resguardado en buenas condiciones en San Simón Tlatlahuquitepec, archivo que estaba siendo detenidamente explorado hasta el momento de su muerte por el etno antropólogo Luis Reyes García.

En este caso Marvel vuelve a dejar entrever cierta frustración, pues el comité vecinal conformado para su protección, en 20 años no ha logrado consensar con la comunidad el tratamiento que se dará al archivo.

Informó que los directores del Archivo General de la Nación lo visitaron ya y están en disposición de acompañar un proyecto para su atención, “pero hasta que la comunidad no se ponga de acuerdo no podemos hacer más, pues la comunidad es quien decide. Se tienen que organizar”.

Y aprovecha para marcar territorio: “Esta es otra diferencia. Antes se imponían los proyectos culturales. Ahora se escucha a las comunidades y son ellas las que plantean las alternativas”.

Avanza la Escuela Nacional de Arte Textil

En formación artística, el proyecto de la Escuela Nacional de Arte Textil, que tendrá su sede en Chiautempan, parece nacer con buena estrella. Por una parte, la firma de prendas de moda japonesa Comme des Garçons, que plagiara diseños de los artesanos textiles de Contla de Juan Cuamatzi, aceptó su culpa e indeminizó a los artesanos con 50 mil dólares. Por otra parte, varios jóvenes artesanos de Contla han ganado premios nacionales en arte textil, prestigiando aún más el trabajo artesanal textil de la zona.

El millón de pesos depositado ya por Comme des Garçons, tiene ya destino: el mejoramiento de los talleres de los artesanos y compra de maquinaria. La organización y decisión ha sido de los artesanos, admite Marvel, quien festeja que en Contla se hayan organizado de una manera relativamente más sencilla, a diferencia de lo que ocurre en San Pablo del Monte.

La Escuela Nacional de Arte Textil se trabaja en coordinación con el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), a través de la subdirección de arte popular y de la subdirección de educación, y parte de un proyecto de Juan de la Cruz, quien está designado ya como director fundador de la escuela. El trabajo inició desde cero, recalcó Martínez Velázquez, pues no existía antecedente alguno en Tlaxcala de una escuela textil formal. “La Universidad Autónoma de Tlaxcala tiene la carrera, pero enfoca al modo industrial. No tiene, por tanto, esta visión mucho más comunitaria, más enfocada a los procesos tradicionales”.

Y no, no hay antecedente de escuela de arte textil en el estado, pero sí de la flamante Escuela de Artes Plásticas y visuales que, si bien no es lo mismo, tiene sus paralelismos. “En 20 años el ITC no pudo mover un dedo para que el Tipav ascendiera a escuela de artes plásticas y visuales. Nosotros en medio año logramos la licenciatura, dentro del paraguas de la Escuela Nacional de Arte de La Esmeralda y con todo el respaldo del Instituto Nacional de Bellas Artes, modelo que es único en el país y que se quiere replicar en muchos estados ya, como me lo han hecho saber ya”.

Investida de carácter nacional, la Escuela Nacional de Arte Textil brindará educación en muchas de las técnicas de tejido y bordado en el país, todas las tlaxcaltecas entre ellas, como el gabán o el pepenado. Se instalarán laboratorios para teñidos naturales con distintas plantas y elementos del país.

Una vez aprobado el programa académico, el paso siguiente consiste en el equipamiento de la escuela y su posterior inauguración. Sus egresados contarán con el título de licenciatura y su puesta en marcha Marvel confía sucederá en 2023.

También en 2023 la licenciatura en música

Camino separado, pero paralelo, es el que sigue la inminente licenciatura en música, que Marvel califica como “única” en estado. “Es algo que han pedido en todas las comunidades. En Toluca de Guadalupe, Terrenate, por ejemplo, hay dos maestros de música que están estudiando en el Conservatorio Nacional y solo regresan a su comunidad los fines de semana y en ese momento enseñan música”.

La infraestructura actual sitúa a la Escuela de Música del Estado de Tlaxcala (EMET), pero es nivel técnico, de ejecutante musical. “Quienes aspiren a conocimientos nivel profesional tienen que salir del estado. En este proyecto se está tratando de emular el esquema que seguimos con La Esmeralda, de manera que el Conservatorio pueda registrar la licenciatura de Tlaxcala. Los egresados saldrán con título del Conservatorio Nacional”. Se planea lanzar la convocatoria para la licenciatura en música en 2023.

Desechó que este proyecto demande la fusión de la EMET y la Casa de Música. “Son dos cosas distintas. La Casa de Música tiene que ver con formación comunitaria; no está pensada para educación formal. La Casa de Música, junto con el Sistema Nacional de Fomento Musical, tiene antecedentes muy claros en el modelo de orquestas de Venezuela, muy famoso en su época. Es un sistema completamente diferente. No es encerrarte en un aula. Es estar siempre en un grupo tocando, tocando, tocando… Pero ahora que no somos un archipiélago tenemos todo un planteamiento, por eso necesitamos la licenciatura, el nivel técnico y las orquestas, para ir dándole cauce al talento”.

Rescatar y proteger danzas

El carnaval, una de las expresiones sociales culturales más identitarias para los tlaxcaltecas, “está más vivo que nunca”, subraya Marvel. Su antecedente ritual prehispánico, ligado a la fertilidad de la tierra y las cosechas, se ha perdido, puesto que estas expresiones populares siempre van a tener una evolución, pero serán las más dinámicas en todo el espectro del arte, porque son las que están conectadas a la cotidianidad. “Por eso se ven capas de huehues con pikachus forrados y no es que esté mal. Así es. Es como el mundo y las circunstancias nutren el arte popular”.

Sin embargo, el secretario de Cultura dejó en claro que sí hay cosas que rescatar, proteger, pues “los jóvenes ahora, en los pueblos, ya no quieren trabajar el campo, por tanto, las tradiciones fijadas a la tierra, las danzas de inicio de la cosecha y otras más, cada vez se van quedando más solas, porque ya no hay incentivos para que eso suceda”.

Pero alrededor de las danzas de carnaval existe una gama de rasgos que deben ser atendidos, como es la falta de partituras para la música. “Y en la Escuela de Música hay personas que recopilan ya toda la música. Tenemos, también, un estudio de grabación que pueden usar los grupos”.

Situación similar sucede en la elaboración de ciertas máscaras, como la usada en la danza de los cuchillos, pues la tradicional es hecha de baqueta, no de madera, “y a veces ya no se consigue la baqueta. Es más complicado el acceso a la materia prima y por tanto algunos los hacen ya de papel maché o de madera”.

El bordado de las capas de “los charros” tradicionalmente se hace a mano, pero ahora muchas de las rosas se bordan con máquina. “El punto es que puedan seguir conviviendo las dos opciones”.

Otras expresiones marchan por caminos paralelos, como en Santa Cruz, donde dijo se ha impulsado al grupo de xochipitzahua de Guadalupe Tlachco, que “pone en valor una serie de danzas y sean apreciadas por las nuevas generaciones. Hay que diferenciar cada uno de esos elementos para ver exactamente qué es lo que se está perdiendo y dónde”.

Citó danzas, como “los segadores” en el oriente del estado, que se están perdiendo por “las propias circunstancias, porque se está abandonando el campo, los chavos de Cuapiaxtla o Altzayanca, que deberían estar bailando esa danza, ahora trabajan en Audi”.

Y hurgó en la raíz madre: parte de todo el modelo neoliberal –recalcó- era eso: arrasar con todo. “Por fortuna nuestras culturas han sido muy resistentes. A nosotros nos toca acompañarles, pero también entender que esos cambios de dinámicas van a suceder sí o sí”.

Situó entonces al gobierno en general y a la Secretaría de Cultura en particular en el papel de apoyo para los que “resisten”.

Revivir el yuhmú, su más grande objetivo

Descubrió entonces uno de sus tesoros: “para mí el objetivo más grande que tendría hoy la Secretaría de Cultura, es ampliar el número de hablantes yuhmú. Hay 200 hablantes. Y se va a extinguir la lengua. Si en diez años no se hace nada o se sigue haciendo lo mismo que hasta ahora, que es claramente un fracaso, se va a extinguir. La Unesco declaró al periodo 2022-2032 el decenio de las lenguas indígenas y en México, con ese motivo, se plantea una serie de políticas públicas, entre ellas poner en valor las lenguas en las expresiones artísticas, por ello inauguramos en Ixtenco un semillero creativo de producción audiovisual y los participantes están obligados a hablar en yuhmú. Estamos apoyando el coro de voces yuhmú. Y precisamente para apoyar esta lengua, estamos por firmar un convenio con el INALI (Instituto Nacional de Lenguas Indígenas) precisamente para todo el tema yuhmú, que es la lengua realmente en peligro de extinción en Tlaxcala. En Ixtenco se asentará la universidad intercultural que, a partir del año próximo, según lo planeado, impulsará, ahí, la parte profesional de la educación yuhmú y no únicamente como ahora, en preescolar y primaria. Nosotros, como Secretaría de Cultura, abriremos todo un programa apoyar a la lengua mediante el arte, a través de la cotidianidad. Tenemos que poner en valor la lengua, ponerla en uso”.

Una feria estatal artesanal, buena idea

Ante el cúmulo de necesidades sectoriales, flotan, bullen, ideas. Expresó, así, su agrado ante la idea de organizar una feria anual exclusivamente artesanal en el estado, que abarque todo el espectro de actividades en Tlaxcala. “Es una buena idea. Caerá en las atribuciones que corresponden a Casa de las Artesanías. Nosotros apoyamos a los artesanos en otros niveles, como llevar a Original a los artesanos de Contla a un evento internacional. Vamos a llevar a artesanos tlaxcaltecas al Museo Nacional de Arte Popular a un evento alrededor de las máscaras. En eso les apoyamos, y en todo tema de la investigación y en la parte sustantiva de sus procesos artísticos. Una feria estatal artesanal sería una buena idea y poder hacerla el próximo año”.

Estoy satisfecho

Antonio Martínez Velázquez dice sentirse satisfecho con los resultados obtenidos hasta la fecha. Cotidianamente modela prendas de vestir de manufactura artesanal en redes sociales. Se ufana por la operación del consejo interinstitucional para San Francisco, “tenemos una licenciatura y estamos trabajando dos más, podremos recuperar una colección más para el Museo del Títere de los Rosete Aranda, que no está en Tlaxcala, la posibilidad de recuperar el archivo existente en San Simón Tlatlahuquitepec… Estoy satisfecho. Se ha cumplido con los tres ejes fundamentales y se ha podido transformar la institución. Poder ordenar esto a nivel institucional y tener ejes de trabajo claves, tener interlocución con el gobierno federal como ningún otro estado tiene, y todo ello permitan hacer las cosas… sí… me siento satisfecho”.

Desafines en los coros

Pero… si… un pero… la satisfacción no es completa. La pirotecnia en la realineación del festival de coros tuvo su impacto telúrico. Marvel lo acepta.

Primero confiesa que la reingeniería aplicada en su gestión a la ahora Secretaría de Cultura tuvo efectos nocivos, pues se generó una confusión entre la planta docente de la institución y el nuevo equipo directivo. Asegura que esa confusión está ya zanjada, “pero una mejor comunicación (él, comunicador) pudo haber evitado ese tipo de cosas”.

Particular atención le reclamó la planeación del festival de coros para este año. En el proceso de planeación dijo que se revisó la aportación de Jorge Córdova, quien había sido el director del festival por varios años. Esa revisión arrojaría que “nos aporta algunas de sus relaciones, algo de su prestigio, pero no sé si vale la pena invertir en un intermediario desde la Secretaría de Cultura, cuando la propia Secretaría tiene la capacidad para organizar el festival, sobre todo en esta circunstancia. También las circunstancias cambian”.

Jorge Córdova –subrayó Marvel- me interpelaba el proceso, “rechazaba ser un intermediario y no sé qué… Y quiénes fueron los más enojados de que se fuera: la gente de la ciudad de México y de Veracruz, que es donde trabaja. No es que los coros de Tlaxcala lo sintieran como gran pérdida… y no es chovinismo, lo tlaxcalteca para los tlaxcaltecas. Fue un tema que mediáticamente resonó mucho. Estuvo en El Universal, en Excélsior, en Proceso… creo que ninguno de los secretarios compañeros míos han estado así en la prensa”.

Martínez deja en claro que la diferencia con Córdova fue conceptual. “Tenía yo una diferencia con el señor Córdova, por supuesto, pero pudimos presentar una convocatoria que está jalando bastante bien para el festival de coros este año. Tenemos la confirmación del Coro de Madrigalistas para inaugurar, que por primera vez se presenta en Tlaxcala, que además ofrecerá un master class… En fin, se logró sin necesidad de intermediario, aunque el resultado será tangible hasta noviembre, cuando se realice el festival”.

Las revelaciones profundizan más. El diferendo mediático dice que a punto estuvo de convertirse en un “pleito político. Es la primera vez que lo digo públicamente, pero no importa porque es un tema público: El señor Córdova, a través de un funcionario de la ciudad de México, había logrado meter un punto de acuerdo en el Congreso de la ciudad de México, exhortando a la gobernadora de Tlaxcala, a través de mí, que no lo corriera. Evidentemente eso es casi tan absurdo como que el Congreso de Tlaxcala mandara un exhorto a la ciudad de México para que no hiciera fiestas en el zócalo… ¡Qué nos importa!  Pero lo logró hacer. Me enteré y hablé con Martí Batres, amigo mío, que es el secretario de Gobierno de la ciudad, Martí se lo mandó a la jefa de Gobierno y se paró el asunto. Ni siquiera entró en el orden del día. Son cosas que ponen en evidencia el cambio de régimen, donde no termina de morir lo viejo ni de nacer lo nuevo”.

Epílogo que es preámbulo

Antonio Martínez Velázquez desprende euforia. Le gusta el camino empezado, pero sabe que el trecho aún es largo. Suelta destellos como ejemplos: “Conceptualmente… nosotros haber cambiado toda la vocación del museo (MAT) a un tema contemporáneo serio… ¡Imagínate qué cambio! Los propios artistas independientes que trabajan en las galerías Templo Rojo y Munive Arte Contemporáneo, que es todo el movimiento joven, de pronto se encuentran con una institución que está empezando a ‘contemporanizar’, que les trae una serie de lenguajes que no se estaban ensayando aquí. Y ahora que lo ven aquí ellos, desde los emprendimientos independientes, de alguna manera les sirve, aunque no sean beneficiarios, porque se empieza a configurar un nuevo ecosistema, por ejemplo, el árbol tlaxcalteca con los artistas tlaxcaltecas contemporáneos que están triunfando en todos lados, menos en Tlaxcala, Francisco Muñoz, por ejemplo, y varios más. Y claro, no olvidamos a los grandes pintores locales”.

Al final ilumina el sendero por venir: Hay ahora todo un cambio internacional y la institución tiene que abrirse y voltear, no ser muy tradicionalista. Al contrario, provocar nuevos discursos y refrescar el arte.

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