Dom. May 19th, 2024
Representantes indígenas, de colectivo e institucionales en el foro

José Luis Puga Sánchez

La justicia social, tomada como un camino para arribar a la paz, es un estatus que no termina por asentarse en Tlaxcala. Se avanza, pero ha sido muchos los escollos, es el sentir general de un grupo de representantes de pueblos indígenas, de comunidades LGBT y de gobierno, en foro abierto para promocionar y alentar a la cultura como un camino hacia la paz.

Organizado por las secretarías de Cultura local y federal, por la Unesco y por la reunión global Mundiacult 2022, el foro se distribuyó en mesas temáticas con representación tlaxcalteca y aportes de otros países mediante el programa intergubernamental IberCultura viva.

En el acto inaugural, el secretario de Cultura local, Antonio Martínez Velázquez, afirmó que, en Tlaxcala en el tema de la cultura para la paz, las experiencias locales y comunitarias son “modélicas” para la inspiración de políticas públicas. Resaltó la pervivencia de comunidades tlaxcaltecas que se organizan en torno a sus tradiciones, a su lengua, a su cultura.

“En un mundo con una cotidiana expresión de violenta en distinta forma y naturaleza, es importante reconocer el poder de la cultura para cerrar esas brechas que generan la desigualdad económica, que generan la desigualdad política, que generan las violencias de género y en contra de las diversidades”.

Y a partir de la cultura aseguró que se abre la posibilidad de acuerdos. “Es uno de los instrumentos para la paz y por eso en las últimas décadas ha resurgido, desde la teoría y desde la práctica, toda suerte de emprendimientos paralelos a las industrias creativas y a la economía naranja, mientras que por otro lado lo comunitario y emprendimientos que se alejan de los modelos neoliberales, para enfocarse a modelos de bienestar comunitario, social, y de lo que a nivel global se ha denominado como el buen vivir”.

Manuel Trujillo, de la Dirección de Cultura Comunitaria de la Secretaría federal de Cultura, afirmó que el foro busca abonar a las discusiones colectivas sobre los retos de las políticas públicas en materia cultural, en el marco de la próxima conferencia Mundiacult a fines de septiembre en México. El objetivo es el diseño y construcción de política públicas en materia cultural, que fomenten proyectos culturales con acciones muy concretas; la generación de espacios seguros y la reconstrucción del tejido social, abordar la cultura de paz, lo que implica repensar los contextos complejos que han incrementado las desigualdades entre las personas.

Y se instaló, en el Centro de las Artes de Tlaxcala, una mesa con la temática ‘Diversidad cultural, educación y praxis legislativa en ambientes de paz”, con la participación de Cornelio Hernández Rojas, antropólogo y representante yumhu de Ixtenco; Miltzin Sarmiento, del colectivo LGBTIQ+ Lent ko; Mario Lopantzi, representante nahua; Leopoldo Zárate, de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Tlaxcala y Javier Fragoso, de la Secretaría de Educación Púbica de Estado.

Se anunció la participación de la diputada local Alejandra Ramírez Ortiz… quien ni una disculpa ofreció por su ausencia. Leopoldo Zárate compareció de manera virtual. La cultura y la paz, por lo visto, no tienen eco en todas las personas.

¿QUÉ ES LA PAZ Y LA SEGURIDAD?

Bajo la moderación de Nazario Sánchez Mastranzo, la primera pregunta a los participantes fue ¿Cómo se percibe la paz y la seguridad, desde su quehacer cotidiano?

Violencia y discriminación en la comunidad LGBT

Miltzin Sarmiento, a nombre de la comunidad LGBT, aclaró que su comunidad engloba varias poblaciones: lésbica, gay, bisexual y trans, cada una con características y desafíos propios.

Hecha la aclaración, ubicó uno de sus retos en la temporalidad. “Históricamente, nuestra voz y visibilidad parte de 1969, cuando hay un evento importante en Estados Unidos, pero nuestra identidad y nuestras poblaciones y nuestra orientación siempre han existido, solamente que se ha invisibilizado y se ha negado porque existe una narrativa y un discurso hegemónico, que es la heterosexualidad, ubicado en un sistema patriarcal”.

En México dijo que los movimientos LGBT empiezan en los años 70 y la población que tiene a voz son de académicos, por tanto, se trata de –recalcó- un movimiento estudiado y culto. En Tlaxcala tiene muy poco tiempo. Empieza en 2005 y viene desde la cultura popular y eso da un sentido distinto al movimiento LGBT en Tlaxcala.

Hoy día su principal objetivo es conformar su auto representatividad, para sí estar en mejores condiciones para enfrentar un sistema de creencias que genera violencia y discriminación.

La educación se imparte desde el vientre: USET

Javier Fragoso, director de Cultura, Recreación y Deporte de la USET, dijo que en la educación converge todo. Maestros y también padres de familia deben estar bien preparados, pues la escuela ya no es responsable única de que el alumno sea un buen profesionista; la responsabilidad recae ahora en una colectividad, cuya matriz viene del hogar. “Si desde el vientre no se empieza a educar al pequeño, llega a la escuela ya con una ‘descomposición’, una forma de ser que cuesta al docente corregir, quien además está para atender a varios infantes, no a uno solo. Más sin embargo tenemos instrucciones de atender todo”. En suma, un funcionario muy preocupado en dejar en claro que la USET es buena pieza en el engranaje institucional.

El náhuatl es más social, asegura representante

Originario de San José Aztatla, en Contla de Juan Cuamatzi, Mario Lopantzi fue presentado como representante nahua… y dijo que su lengua, a contracorriente del sentir general, paulatinamente ha tenido mayor uso social, pues tiene mayor participación en escuelas, universidades. Pero, además, producto de su hibridación con el español, el náhuatl está mutando, cambiando “en alguna letra, alguna terminación, en su pronunciación y, en ocasiones, hasta en su significado”.

Resaltó la persistencia de formas de participación social comunitaria, como las mayordomías.

Los conflictos en Ixtenco, por contagio externo

La imagen de Ixtenco al exterior es de cohesión, pero internamente la comunidad hierve en constantes conflictos, generados en muchos de los casos por factores externos, como ejemplo, electorales, revela un congruente Cornelio Hernández Rojas, antropólogo y representante yumhu, variante otomí en Ixtenco.

Pese a ello, hay comunidades que mantienen aún la elección de sus autoridades mediante el sistema de usos y costumbres, “un sistema que el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones trastoca con su reglamentación”, recrimina Hernández Rojas.

Empero, “internamente también tenemos instituciones que, pasados esos conflictos, nos cohesionan nuevamente, una de ellas son las mayordomías, donde convergen quienes son muy activos política y socialmente, o quienes casi no participan, o quienes buscan sentirse identificados con su pueblo”. Convergen ahí personas con grandes posibilidades económicas con personas con muy bajo ingreso. Cuando cualquier persona se integra a la mayordomía, “es alguien, ocupa un lugar en la comunidad”.

Riegan las nuevas tecnologías la diversidad: CEDHT

Las nuevas tecnologías de información provocan una mayor conciencia de la diversidad y pluralidad social vigente. La globalización “nos presenta una oportunidad en este entorno de intercambio y enriquecimiento entre naciones y personas, pero también introduce nuevas tensiones, nuevas formas de intolerancia, de agresión, de discriminación en la cotidiana convivencia social”, dijo Leopoldo Zárate, de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Tlaxcala.

Ubicó tres formas actuales de interacción social:

La primera, cuando no se reconocen las diferencias entre las identidades, por ello siempre, en este escenario, hay una sumisión, una dominación que obstaculiza la relación.

La segunda es opuesta, donde el interlocutor es percibido como absolutamente diferente, al punto de no hacerse merecedor de reconocimiento y aprecio, pues no se le reconoce su valor, su vida. Incluso se justifica su destrucción.

La tercera se fundamenta en el respeto, en la tolerancia y “nos hace merecedor de nuestro reconocimiento y aprecio”. Esta es la postura por la que se comparten derechos y se le reconoce como “persona humana”. Es en este reconocimiento de las diferencias entre las personas, entre los pueblos, entre las comunidades, “donde podemos construir sus identidades. En este escenario, solo es posible reconocer al yo frente a un tú diferente, es entonces cuando la diversidad cultural es un hecho social, un dato que obtenemos de la realidad frente a la cual esencialmente caben dos posturas: aquella de fuertes tensiones, prejuicios, discriminaciones y exclusión social, o la del reconocimiento que asumimos las instituciones para reconocer y situar al sujeto como sujeto de derecho y reconocerle condiciones prioritarias para este desarrollo”.

En Tlaxcala dijo existen 94 comunidades que “se han auto determinado en esta posibilidad, como los pueblos y las comunidades indígenas, pero también mujeres, niños, muy poco en nuestra entidad a personas de calle… pero son grupos que merecen necesariamente tener esta visión, sobre la base de un instrumento que es la declaración universal de la Unesco sobre esa diversidad cultural”.

¿CÓMO SE VIVE LA DIVERSIDAD SOCIO CULTURAL?

Sufren gran tensión las comunidades indígenas

Para Cornelio Hernández Rojas el país vive una violencia muy intensa que ineludiblemente se refleja en las comunidades, aunque no en esa magnitud. “No estamos aislados”. Han cambiado mucho –afirmó- los patrones de educación, derivados de políticas públicas, pero también por factores como las redes sociales. “En las comunidades indígenas generalmente no hay capacidad para discernir la certeza o validez de lo que estamos mirando o recibiendo”. En muchos hogares la televisión sigue jugando un papel muy importante.

Por otra parte, el representante yuhmú advirtió que se manifiestan los primeros síntomas, “ojalá fueran los últimos”, del cambio climático, que necesariamente repercutirá en la forma de vida en las comunidades.

“El futuro lo vemos incierto. Ha habido políticas innovadoras, pero otras continúan convencionalmente, como si nada cambiara”.

Depende la seguridad de la nueva información: Lopantzi

La seguridad en comunidades indígenas tiene mucho que ver con la nueva información que se maneja, su tipo y la forma en que se difunde, comentó el representante nahua Mario Lopantzi, quien afirmo que cuando a temprana edad se recibe y se asimila información errónea, la formación será inadecuada, diferente a la que hubiera tenido con sus valores humanos tradicionales.

Avances legales en diversidad sexual… y muchos pendientes

Las poblaciones LGBT reciben violencia directa estructural y cultural, acusa Miltzin Sarmiento, quien señaló que para su corrección se han legislado recientemente tres instrumentos legales:

En 2019 se alcanzó la ley de identidad de género, y “hablar de identidad de género es otro tema muchísimo más amplio, del que no soy la adecuada para hablar”.

En 2020, “en plena pandemia, por una iniciativa de colectivas y colectivos”, se legaliza el matrimonio civil igualitario.

En 2021 una reforma legal sanciona la prohibición de las terapias de conversión por orientación de género y de identidad.

“Las poblaciones LGBT somos personas que siempre hemos existido, pero es hasta hace tres años que tenemos un valor ciudadano y civil, donde se respetan nuestros derechos”.

Pidió atender también la violencia estructural en el lenguaje. “En cómo nos expresamos, en cómo educamos. La violencia directa ya es una manifestación de la violencia psicológica y física que nuestras poblaciones reciben, justo por esa estructura de creencias llenas de muchísimos prejuicios, sustentada en un discurso religioso de la institución”. Y expresó su deseo de un surrealista diálogo entre las comunidades LGBT y las iglesias.

Existen protocolos de seguridad en el sector educativo

Para favorecer la paz social y la seguridad, en el sector educativo se siguen muchos protocolos desde el mismo acceso, es esa la responsabilidad de la institución. Pero, aclara Javier Fragoso, de la USET, “no podemos influir en el pensamiento y en la ideología que pueda traer algún alumno, algún aspecto negativo, más sin embargo hoy en día los maestros están capacitados para detectar alguna necesidad que pueda haber en algún alumno, o algún problema que se pueda visualizar. Es muy fácil, a veces complicado para los profesores, ver las conductas. La escuela es el segundo hogar y si un alumno llega como normalmente es: inquieto, participativo, etc., y si al día siguiente no lo hace, algo está pasando y ahí el docente debe tener la capacidad de detección y acción y ocupación”.

Habló del apoyo psicológico y de ayuda para proporcionar inmediata atención al alumno. “Solo vemos al alumno en la escuela. Fuera de ella desconocemos las situaciones en las que se encuentre en la calle, en la familia, y eso puede influir en su aprendizaje, en su conducta, en su actuar y en la forma de ser”. El sector educativo está coordinado con el DIF, con la procuraduría para la atención de todos estos aspectos. Pero la inclusión de los padres de familia en el proceso, es fundamental para la consecución de buenos logros.

Educación, herramienta contra la discriminación: CEDHT

Hay políticas públicas que convierten a la diversidad cultural en un fenómeno social, valoración ética que va construyendo un pluralismo cultural, sobre la base de políticas que aumentan o disminuyen la discriminación cultural, opinó Leopoldo Zárate, de la CEDHT. Y de todas las políticas resaltó la educativa, por su importancia.

Aludió al Informe Delors realizado por la comisión internacional sobre la educación de siglo XXI, publicado en 1996 por la Unesco, donde se afirma que hoy la educación tiene una doble visión y misión: enseñar la diversidad de la especie humana y contribuir a una toma de conciencia de la semejanza y de la inter dependencia entre todos los seres humanos. Asienta el informe que la educación debe transformar la diversidad en un factor positivo de entendimiento mutuo entre los individuos y con su grupo.

Estableció Zárate que, por tanto, la diversidad cultural no ha sido siempre considerada en las prácticas educativas como un factor de desarrollo. Más bien, se ha visto como un problema a resolver.

“Existen cuando menos tres enfoques para la toma de decisiones de las políticas públicas, que nos guía sobre lo que sucede en el entorno”:

El primer enfoque busca asimilar las diferencias de la lengua y de la costumbre de los pueblos originarios. En estos casos, han sido vistos como una traba para su efectiva incorporación a los procesos nacionales. “Más bien, se les busca incorporar a lo que asumimos como normalidad y, por tanto, no se reconoce la diversidad, la pluralidad. Si bien es cierto, la ley lo dice, el problema radica en que, en el aspecto sustancial, en el plano de los hechos, esto es relativamente muy poco”.

El enfoque multicultural, el cual nos guía hacia un pluralismo cultural que da origen a una educación bilingüe, o una educación bicultural, derivado de una necesidad de reivindicar a la educación que incorpora cabalmente a las culturas indígenas. Aquí la idea es enseñar ambas culturas, la indígena y la occidental, pero en los hechos esta concepción pierde de vista la individualidad de cada comunidad indígena, en cuanto a su pertenencia.

El enfoque intercultural, que se asume ahora, busca construir una sociedad donde esta diversidad cultural se reconoce como legítima y las diferencias culturales se consideran una riqueza común y no un factor de división. Incluso, el lenguaje de señas se debe reconocer como un lenguaje.

Para garantizar una relación armónica entre las personas y los grupos con identidades diferentes, el punto de partida es la declaración universal de la Unesco sobre la diversidad cultural, que ya establece como aspiración el diseño de políticas que favorezcan la inclusión, que favorezcan la participación de todos los ciudadanos y con ello se ejerza el pluralismo cultural, inseparable del contexto democrático en que se desenvuelve la sociedad. Se considera, aquí, a la diversidad cultural como un derecho y lo intercultural considerado como un consultivo de lo cultural.

LOS RETOS EN LA BÚSQUEDA DE UNA CULTURA DE PAZ

Reto, empatar las leyes con la realidad: CEDHT

Existen ya las disposiciones jurídicas, hay tratados, convenciones. La propia Constitución reconoce nuestra composición pluricultural. El reto es logar que esas leyes se conviertan en realidades en nuestras comunidades, conminó Leopoldo Zárate.

Y el camino de su concreción pasa –recalcó- por la “igualdad sustantiva”, que se logra identificando esta diversidad en cada comunidad, para que a través de las autoridades y de los pobladores crear condiciones que permitan los cambios directos y significativos que, en consecuencia, logren ese empoderamiento.

El primer reto, en consecuencia, sería la autodeterminación como pueblo y como comunidad indígena, para a partir de esa autodeterminación, ejercer sus derechos.

Dio que la ley de la juventud en el estado de Tlaxcala reconoce esta posibilidad para estos pueblos y comunidades indígenas, pero los jóvenes al no asumirse como miembro de pueblo y/o comunidad indígena, no pueden ejercer esos derechos.

Otro reto lo ubicó en una amplia difusión de sus derechos, pues como ejemplo hay una obligación del Estado de consultarles en determinadas decisiones.

Puede haber en México miles de lenguas: USET

En México se trabaja para el reconocimiento de la diversidad, reconoce Javier Fragoso, de la USET, quien añade que “el reto es muy grande porque si fuesen dos o tres lenguas, pero no hay un registro como tal de cuántas lenguas… pueden ser miles de lenguas, pero el sector educativo es el único que puede garantizar la apertura y conectividad en todo el país. El reto es muy grande porque en el sector educativo debemos estar preparados en cientos de lenguas”. Ello exige capacitación y operar “como lo estamos haciendo aquí en Tlaxcala. Tenemos ya actividades con maestros en lengua, como en Ixtenco. Finalmente, el reto es que seamos como uno solo, que nos veamos como un solo”.

Espacios seguros, urgencia para comunidades LGBT

En Tlaxcala, lo primero que hemos hecho colectivos y colectivas es entender que hay memoria. Nos sirve para entender nuestro pasado, para sistematizar los modelos que nos han funcionado. Otra estrategia que nos ha funcionado es el diálogo entre pares, fuera de los discursos o de las narrativas en casa o en la colectividad, o que hay en los grupos a los que pertenecemos, que luego son discursos violentos. No tenemos una representatividad y tenemos que buscarla, señala Miltzin Sarmiento.

Esa búsqueda –agrega- comprende la construcción de espacios seguros que permitan dialogar y consecuentemente conformar identidad y pertenencia. Paralelamente, ir desnudando todas estas representaciones llenas de estereotipos en torno a nuestras características.

La tercera estrategia de trabajo la ubica en las redes de apoyo, orientadas a la cooperación y el trabajo comunitario.

Una cuarta estrategia Miltzin la sitúa en la capacitación e información a todo mundo, que permita una sensibilización a estos temas, como la orientación sexual, la identidad sexual y la expresión de género.

Pide representante nahua inclusión de jóvenes

El representante nahua, Mario Lopantzi, abogó por la inclusión de las nuevas generaciones en los procesos comunitarios, pues dijo que los jóvenes ya no se interesan por la cultura, “ya no valora nuestras raíces, nuestra lengua materna. Ahora, en lugar de estar en mayordomías, se reúnen en grupos de convivencia no muy saludables”.

Su inclusión en las mayordomías señaló que les abriría a una “diversidad de aprendizajes de lo que nuestra gente mayor había hecho y que, desde luego, con los saberes que actualmente tienen, poder hacer las cosas aún más interesantes, en este caso crear mayor participación de ellos en diferentes convenios y cosas que puedan lograr en la comunidad… Y hablar mucho, no dejar de hablar nuestra lengua y recordar las costumbres y tradiciones de nuestras comunidades”.

Urge Cornelio Hernández revisar políticas institucionales

Para el representante de la cultura yuhmú, Cornelio Hernández Rojas, el reto inicial es ver a la cultura de la paz como un proceso en construcción constante, no como algo terminado. Un desarrollo que tiene que incluir a todos los actores, las comunidades, el gobierno, los académicos, los colectivos…

Y apuntó: Debe hacerse una reflexión desde el Estado sobre qué se ha hecho, o cómo se han aplicado estas políticas. “Creo debe repensarse y rediseñarse este modelo. Estamos viendo algunos programas, algunos ejercicios que no cumplen con los objetivos, uno de ellos es el modelo educativo que está enfocado hacia las comunidades indígenas, que ya no es funcional y en lugar de construir nuestras identidades, las han venido resquebrajando. No se están fortaleciendo, más bien se están debilitando. Debe entonces repensarse el modelo, pero de una manera incluyente”.

El foro Cultura para la paz contó también con mesas de diálogo con participantes fundamentalmente sudamericanos, agrupados en torno al programa intergubernamental IberCultura viva.

La participación de la mesa sobre Tlaxcala, en el foro Cultura para la Paz, mostró a personas comprometidas con su actividad, con su responsabilidad, con su filosofía. Personas como Miltzin Sarmiento, desde las colectividades LGBT, y Cornelio Hernández, desde la etnia yuhmú, quienes mostraron las entrañas del segmento social en que habitan y ofrecieron alternativas de desarrollo.

Hubo un representante nahua, Mario Lopantzi, que mostró una muy reducida visión de su pueblo, por lo que la etnia con mayor influencia en Tlaxcala prácticamente careció de representatividad.

Lastimoso que Leopoldo Zárate, representante de la presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Tlaxcala, tal fue presentado, no estuviera presente. El representante no estuvo en vivo, por lo que ofreció “una disculpa por alguna circunstancia”.

De la diputada local Alejandra Ramírez Ortiz, fuera del anuncio de su conexión, no se supo absolutamente nada, nada, nada.

El director de Cultura, Recreación y Deporte de la USET, Javier Fragoso, dejó en claro su enorme desconocimiento del tema. Habló, solo un ejemplo, de “cientos” y posiblemente “miles” de lenguas en nuestro país, cuando en un sinnúmero de ocasiones el INALI y muchas fuentes más, incluida la SEP, han informado de 62 lenguas vivas en México.

Sustancial por el panorama ofrecido, para bien y para mal, fue el foro internacional Cultura para la Paz coordinado por la Secretaría de Cultura de Tlaxcala, su par federal, por la Unesco y por la reunión global Mundiacult 2022. Sus resultados bien pueden ser pie para una eventual revisión de políticas y programas en el sector, además de levantar un estudio sobre el tema en colectividades y en comunidades.

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