Lun. May 20th, 2024
Osario en Guanajuato

Sofía Guadarrama Collado

El “miccailhuitl” y el “día de muertos moderno” son dos cosas muy distintas.

Primero que nada, hay que entender que no es sincretismo. Fue una imposición. La conquista religiosa de Mesoamérica consistió en remplazar a la religión local por la católica; sustituir a Quetzalcóatl por Jesucristo; a Tonantzin por la virgen de Guadalupe; el miccailhuitl por el día de muertos católico y el Mictlán y el Tlalocan por el cielo y el infierno.

Los mexicas recordaban a sus muertos en el huei miccailhuitl, “gran día de muertos” (nombre del décimo festival anual), que se realizaba en la veintena Xócotl Huetzi, que quiere decir: “cuando madura la fruta”, del 24 de agosto al 13 de septiembre; y en la décimo séptima veintena del calendario prehispánico llamada títitl, que significa “vientre”, y transcurre entre el 11 de enero al 30 de enero.

Es decir, celebraban veinte días, y para ello cortaban un árbol llamado xócotl, le quitaban la corteza, lo adornaban con flores y alrededor de éste desollaban mujeres, decapitaban niños, sacrificaban prisioneros y animales y realizaban danzas frente al fuego toda la noche y se subían a los techos de las casas y llamaban a sus muertos.

En la mayoría de las ciudades de Mesoamérica no enterraban a sus muertos; los incineraban. Los únicos personajes a los que les construían féretros, mausoleos y se realizaba el tlamanalli, “sacrificio u ofrenda” eran a los gobernantes de algunas urbes, como Palenque, Monte Albán, Cholula, por mencionar algunas.

La celebración original de los mexicas en estas fechas (del 23 de octubre al 11 de noviembre) era la veintena llamada tepeílhuitl, que quiere decir “fiesta de cerros”. En el valle de México era la fiesta principal en honor de los cerros y los montes, en especial a las montañas sagradas del Popocatépetl e Iztaccíhuatl.

Los mexicas:

No adornaban sus casas con papel picado.

No colocaban pulque, camote y tamales en las ofrendas en la madrugada del día primero de noviembre.

No trazaban caminos de flores de cempasúchil.

No hacían desfiles del día de muertos.

No hacían calaveritas de azúcar. Los mexicas no conocían dicho producto. El chocolate lo bebían amargo. Endulzaban algunos alimentos con miel o frutas. El azúcar llegó a América en 1492, gracias a Cristóbal Colón, quien la trajo de las Islas Canarias. Luego se cultivó en la isla de La Española (hoy en día Haití y República Dominicana) en 1501; y en los años siguientes en Cuba y Jamaica. A México Tenochtitlan llegó gracias a Hernán Cortés.

No escribían versos con rimas (calaveritas). La escritura de los mexicas era extremadamente limitada, ya que sólo era para nombrar personas, lugares y deidades y no para escribir verbos, adjetivos y mucho menos párrafos o rimas. Lo que hoy conocemos como náhuatl escrito, surgió tras la llegada de los españoles.

No comían pan de muerto. Ni siquiera conocían el pan. El pan es un alimento traído de Europa; y el pan de muerto, además de ser una fusión de lo mexica y lo español, es una representación de la eucaristía, agregada por los evangelizadores españoles a las celebraciones de los mexicas entre 1530 y 1600.

No se pintaban los rostros de calaveras ni se disfrazaban de catrinas. La catrina no proviene de los mexicas. Es una sátira creada por el caricaturista José Guadalupe Posada que en tiempos del juarismo y el porfiriato se burlaba de los mestizos e indígenas que iban subiendo de nivel económico y pretendía ser europeos, renegaban de su propia raza, herencia y cultura. Se les llamaba los “garbanceros”, precisamente por dedicarse al cultivo y venta de garbanzos. Entonces José Guadalupe Posada, creó “La calavera garbancera”, para expresar que los garbanceros andaban “…en los huesos, pero con sombrero francés con sus plumas de avestruz”. Diego Rivera la nombró “La catrina”, de la palabra “catrín”, que definía (a veces de forma despectiva) a la clase social alta, y la eternizó en su mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central” (la calavera con su estola de plumas aparece junto a José Guadalupe Posada, Diego Rivera como niño y Frida Kahlo).

Todos estos elementos son invención de la cultura moderna. Pero principalmente provienen de Europa medieval, las costumbres católicas, especialmente de los jesuitas.

ORIGEN CATÓLICO

El 2 de noviembre (originalmente 1º de noviembre) fue impuesto por el Papa Gregorio III, en el año 741, para celebrar el Día de todos los Santos y todas las Almas; exactamente lo mismo que celebraban los ingleses en la iglesia anglicana, llamado All Hallow’s Eve (Vigilia de Todos los Santos), que en Estados Unidos transmutó en Halloween.

En el siglo X el Abad de Cluny de Francia inventó Las fiestas de Todos los Santos y de Fieles Difuntos, para celebrar a los santos y mártires anónimos, que habían muerto en los primeros tiempos del cristianismo y que no tenían celebración en el calendario ritual católico. En el siglo XIII, la Iglesia romana formalizó la celebración en el calendario litúrgico.

En el día de Todos los Santos colocaban un inmenso altar, para exhibir las reliquias de personajes santos: huesos, cráneos, tierra de donde fueron enterrados o ropa.

EL ORIGEN DEL ALTAR DE MUERTOS

El altar de muertos tiene origen europeo y no prehispánico.

En la fiesta de Todos los Santos, se llevaba a cabo una peregrinación, iglesia por iglesia, hasta llegar a la catedral, para ganar indulgencias. El número de reliquias visitadas era equivalente a los años de perdón obtenidos. En su camino compraban pan o dulces de azúcar, a forma de reliquia. Actualmente se pueden conseguir en estas fechas calaveras y panes con forma de hueso de Todos Santos. Al llegar a la catedral, el sacerdote bendecía estos panes y dulces para que los feligreses los colocaran en sus casas, generalmente en la mesa junto al santo familiar.

En los reinos de León, Aragón y Castilla preparaban dulces (con forma de huesos, cráneos y hasta esqueletos completos) y panes (con forma de niños cubiertos con azúcar rosada o panes redondos con los huesos alrededor) para la celebración del día de Todos Santos, a los que llamaban “alfeñiques”, los cuales sólo podían comprarlos la gente adinerada. Dicha costumbre se exportó de España y Nueva España.

No sólo México tiene la creencia que los parientes visitan el hogar en el día de muertos, también en Venezuela, Perú, Chile, Argentina, Sicilia e Italia.

¿CUÁNDO SURGIÓ LA LEYENDA DE QUE EL DÍA DE MUERTOS TENÍA ORIGEN PREHISPÁNICO?

En el gobierno de Lázaro Cárdenas, un grupo de intelectuales dijo que el día de muertos tenía origen prehispánico y el presidente Lázaro Cárdenas lo estableció tal cual, ya que México acababa de salir de la guerra cristera (una guerra entre el gobierno federal y la iglesia católica) y necesitaba una reconciliación con la iglesia católica.

Así pues, las tradiciones son como la creación del doctor Víctor Frankenstein: un monstruo hecho de los restos de cadáveres. Probablemente dentro de cien años el desfile del día de muertos que nos heredó la película “Spectre 007”, será uno de los eventos más populares de México y la gente creerá que se hacía desde tiempos de los mexicas.

contacto: piedra.de.toque@live.com

Por admin