Lun. May 20th, 2024
Serie “La Trenza” Foto: Malena Díaz

Piedra de Toque

Casi cuatro décadas han pasado desde aquel verano de principios de los 80, cuando Alejandro Jara y Guadalupe Alemán finalmente dieron cause a sus inquietudes y parieron el Festival Internacional de Títeres en Tlaxcala.

Ahora, en el 37 aniversario del festival, Alejandro Jara y Guadalupe Alemán recibieron un reconocimiento oficial como cofundadores del FIT y del Museo Nacional del Títere.

Y ahí, en el recinto que ellos urdieron, ante gente que sabe de su culpabilidad, Alejandro Jara Villaseñor sintió sus piernas temblar. Se acomodó la garganta y aflojó el corazón para decir…

Excelentísima marioneta del Vale Coyote

Estimada Doña Pascarroncita Mastuerzo de Verdegay Panza de Res y Gayverde

Mi muy querido Don Ferruco y su amada Mariquita

Títere Panchito Ruano, homenajeado en este Festival Figuras articuladas del Xochitécatl

Títeras y títeros que habitan este museo

Estimados todos

Público presente:

He solicitado unos breves minutos en esta ocasión, tan grata para mi ego y para mi historia, y que generosamente me fueron concedidos, para leer una pequeña carta que escribí para el Festival y lanzar sus palabras al viento, aprovechando que también en este honorable presídium nos acompañan titiriteras y titiriteros de México y del mundo, cosa que en estos eventos no es muy frecuente.

Así que, con su permiso, comienzo:

A LOS 39 AÑOS DEL FIT

Un año más amado Festival de Tlaxcala, cumples un año más.

Tu vida inicia un 5 de agosto de 1983 ¿recuerdas? Extrañamente yo cumplía entonces los treinta y tres.

Guadalupe Alemán fue tu progenitora y Simón tu testigo infante; tus viejos abuelos, maestros del oficio, nos animaban:

Don Ferruco, Roberto Lago, Fernández Ledesma y varios más.

Intentamos crearte sin miedo, con esmero y mucho entusiasmo. Los hermanos titiriteros varios muñecos nos prestaron para hacer tu primera exposición, allá, en el meritito Zócalo de Tlaxcala, ¿lo recuerdas?

Y ya ves Festival, ocho años después te nació el museo como un hijo natural, eras muy joven aun, pero sucedió como lo habíamos previsto: ardua lucha de muchos que ha sembrado huella.

Y así, mi querido festival, año con año te fuimos cuidando: 84 y 85, luego tres años nos ausentamos. No había condiciones propicias para tu existencia, pero en el 88 regresamos, con paciencia, con tesón y con mucho amor.

El grupo de amigos que te apoyaba y te daba vida fue creciendo con el tiempo. Cada vez éramos más los entusiastas: técnicos, choferes, personal administrativo, funcionarios, periodistas, titiriteros… y claro: el público tlaxcalteca.

En 89 y 90 fuimos a todos los municipios del estado ¿Te imaginas? 44 eran entonces y en todos hubo funciones de títeres. Acabábamos extenuados, pero así naciste: popular y esa fue tu primera infancia, bien cerca del pueblo.

La gente cada vez te aplaudía más y se re-enamoraba de los títeres.

Las exposiciones se fueron extendiendo por varias poblaciones del Estado, empezaron también a crearse muchos grupos titiriteros, afortunadamente, los Tiripitipis por fin ya no estábamos solos y cada vez son más grupos.

¿Y ya ves? Hoy, el Museo del Títere nos alberga, aquí en Huamantla, cuna de la Compañía Nacional de Autómatas de los Hermanos Rosete Aranda. Don Panchito estará contento.

¡Ay, cuánto tiempo, cuánto esfuerzo, pero valió la pena!

Nosotros en el 92 tuvimos que emigrar. “La vida llama”, nos dijo el maestro Desiderio, y nos fuimos por otros rumbos siempre con el oficio del titiritear: un “saltillo” como teatrino y en el corazón el festival de Tlaxcala y su museo de Huamantla.

Mientras tanto, tú cada vez crecías más. A las funciones, charlas y exposiciones primigenias le fuiste agregando: desfiles, premiaciones, concursos, libros y para tú de contar.

A la fecha te has convertido de los festivales titiriteros mexicanos el más longevo, y de Latinoamérica, el segundo.

Y aquí estás, festival, a tus 39 años de edad, fuerte, poderoso, enamorado…

Miles de espectadores has tenido y miles más tendrás.

¡Qué felicidad!

Agradezcamos a quienes han dado su cariño al festival y a su museo;

¡que Huamantla y Tlaxcala sigan siendo faros en la cima!

Nosotros pronto partiremos

Pero aquí están el festival y su museo.

Cuando surquemos ya otros espacios, miraremos un poco hacia atrás y diremos con gusto y quizá satisfechos:

¡Flores y cantos pudimos ofrendar a la tierra!

contacto: piedra.de.toque@live.com

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