José Luis Puga Sánchez

Dinámico, imaginativo, lúdico y enormemente cuestionador es el montaje Mitote, que un grupo de actrices y actores el Centro Universitario de Teatro (CUT) de la UNAM presentó este diciembre en el Palacio de Cultura de la capital tlaxcalteca.

La propuesta escénica, contenida en el Circuito Helénico, abre un espacio para la imaginación y lo sitúa en la infancia, desde donde se observan los procesos y las actitudes adultas, mismas que merecen corrosivos reclamos de niñas y niños.

En un engañoso libre juego actoral, ejecutado en el jardín del Palacio de Cultura, escenario aprovechado en muy contadas ocasiones, se plantea la delirante imaginación infantil que ve con ojos de fantasía el mundo en que habita.

Pero, en oposición, las rígidas estructuras adultas recriminan esa ensoñadora evolución vivencial y le reprimen.

En la casa se exige a los niños portarse bien, que en lenguaje adulto significa no extralimitarse, no provocar desorden, respetar las reglas ya impuestas, obedecer a los mayores… En suma, los adultos cortan las alas de los niños.

En la escuela se forman individuos prototípicos, con similares rasgos, obedientes a la autoridad y a las figuras de poder, adaptables y moldeables, capaces continuadores de un sistema vertical y excluyente.

Miguelito, el más infantil de los personajes de Mafalda, lo dejó muy en claro: “De qué te sirve ser niño si no te dejan ejercer”.

En un jardín con viento frío de temporada invernal, poca, muy poca audiencia presenció el montaje que el grupo de 13 “niñas” y “niños” regaló, con un diseño escenográfico ágil y por momentos impetuoso que mantuvo su ritmo toda la escenificación.

Si, urge con urgente urgencia una revisión a las estrategias de difusión que las secretarías de Cultura, estatal y federal, llevan a cabo, pues han llegado a Tlaxcala eventos de gran calidad, cuya presentación ha sido casi familiar, ante muy contados asistentes, en una terrible soledad ante oportunidades artísticas que difícilmente volverán a ocurrir.