José Luis Puga Sánchez
“Toledo viene a Tlaxcala a hacer huella, a hacer memoria, a recorrer las subjetividades y las miradas con que cada una y cada uno de quienes observen aprecien, dialoguen con estas obras para poder construir su propio Toledo”, anunció Lucina Jiménez López, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), en el acto inaugural de la exposición ‘Cada quien con su Toledo. Obra gráfica, 1960-2018’ en la Pinacoteca del estado.
La totalidad de espacio del recinto apena pudo albergar, apretadamente, las 131 obras de la producción gráfica que Francisco Toledo realizara en el periodo comprendido entre 1960 y 2018, en una muestra producto de la colaboración entre el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), la Secretaría de Cultura del estado y el Museo Nacional de la Estampa (Munae) que estará abierta hasta el 27 de agosto.
Ahí, ante la mirada de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, la titular del Inbal dijo que Toledo revolucionó la gráfica “convirtiéndola en verdad, en una disciplina capaz de comunicar cualquiera de los elementos de la subjetividad, de la realidad o de la fantasía”. Toledo –agregó- se comprometió a algo que nos toca hacer: devolver esa dignidad, ese reconocimiento y compromiso para que sea una de las principales expresiones artísticas y que tenga la adecuada divulgación y reconocimiento.
Presentes el director del Museo Nacional de la Estampa, Emilio Payán; el director del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), Hazam Jara, y el director del Centro de las Artes de San Agustín (CASA), Daniel Brena, Lucina Jiménez resaltó el compromiso artístico y social de uno de los más importantes pintores y grabadores en México en el siglo XX.
Lorena Cuéllar expresó su satisfacción por la posibilidad de que los tlaxcaltecas puedan, ahora, conocer el trabajo de Francisco Toledo, a quien calificó como “uno de los más grandes artistas plásticos en la historia de México, un gran promotor de la riqueza cultural de Oaxaca y de todo México, incansable defensor de los derechos humanos y las lenguas originarias”.
Para ilustrar el trabajo de su administración en favor de la cultura, la gobernadora ofreció un rápido recuento de sus acciones en el tema: “con la apertura del Museo de Arte de Tlaxcala, recuperamos las obras de Frida Kahlo; recuperamos diez estaciones del tren para convertirlas en espacios de fomento artístico y cultural, abrimos la licenciatura en artes visuales y pusimos en marcha la Universidad Intercultural en el municipio de Ixtenco”.
Antonio Martínez Velázquez, secretario de Cultura local, resaltó el compromiso de la gobernadora Lorena Cuéllar con el sector cultural, tomándolo como eje de la transformación en la entidad. Y agregó: “cuando uno ve la obra de Toledo, es tan luminosa, que achicharra, como el sol de estos días, y el calor que invita esta obra a desmesurarla y al contagio de los símbolos”.
Marvel dijo que Toledo se distinguió como activista y artista comprometido con las causas de su tiempo, en un país plagado de injusticias, y lo definió como un defensor de las causas políticas, ecológicas y culturales. Esa posición lo habría vinculado –aventuró- con la lucha en contra del maíz transgénico en Tlaxcala, por lo que “estaría orgulloso de la labor de los campesinos de la comunidad de Vicente Guerrero, del municipio de Españita, y de Ixtenco, que defienden 17 razas de maíces de colores, que además de ser comida, son arte de los pueblos otomí y náhuatl”.
La retrospectiva ‘Cada quien con su Toledo. Obra gráfica, 1960-2018’ inicialmente permaneció montada a lo largo de 18 semanas en el Museo Nacional de la Estampa, para iniciar ahora en Tlaxcala una itinerancia en el país. En su mayoría son grabados y estampas realizadas entre los años 1960 y 2018 con las técnicas de aguafuerte, aguatinta, punta seca, azúcar, mezzotinta, litografía, mixografía y xilografía, así como algunas piezas de acuarela y gouaches.
La curadora, la historiadora Ana Carolina Abad López, observó que la idea curatorial es hacer un recorrido cronológico a través de la obra gráfica del artista oaxaqueño y contextualizarla con las acciones políticas, sociales y culturales en las que se involucró a lo largo de su vida.
Para esta itinerancia, “Cada quien con su Toledo” conservó los tres núcleos temáticos: De Juchitán para el mundo, que abarca obras realizadas en las décadas de los sesenta y setenta; Toledo: forjador de instituciones, en la cual se presentan obras de las décadas de los ochenta y noventa, momento en que el artista consolidó su labor como promotor y defensor de la cultura oaxaqueña, y Monos, fábulas y sismos, que reúne los trabajos de las dos últimas décadas del artista, entre las que destacan sus series sobre relatos de Franz Kafka y las Fábulas de Esopo.
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