Lun. May 20th, 2024
Los Beatles sobre el edificio Apple

José Luis Puga Sánchez

Se dice que son ensayos sobre música, en un sinuoso camino que iría de Bach a Los Beatles, pero no se dijo mucho más… sobre el libro ‘Calla y escucha’, de Eduardo Huchín Sosa, presentado en el Museo Miguel N. Lira.

En su papel de presentador, Alejandro Ipatzi centró su atención en el ritmo y en el tono de la escritura. “Escribe fluidamente, entretenidamente, tan interesante que asimilas su avalancha de dato sin percibirlo. Escribe muy coloquialmente, con emoción que comparte”. Y, vaya, hasta la forma de presentar las referencias bibliográficas fue halagada por el presentador.

Habla de un compositor del siglo XVII, para pasar a la última rola de rock o de pop, todo profusamente salpicado de anécdotas propias y ajenas, añadió en una de las muy pocas referencias directas sobre el contenido del libro.

Aunque extrajo unas líneas del texto: “…no qué sabemos o buscamos transmitir a los lectores, sino qué estamos interesados en saber, a partir de lo que ya conocíamos, una apuesta que no desentona con las cualidades que Nadia Boulanger veía en las obras maestras de todas las épocas. La curiosidad, la tenacidad, la práctica y el olvido de uno mismo. Importa qué pistas estás dispuesto a seguir y la relación que construyes con los valores establecidos del arte. Importa desarmar una mesa con el mismo ímpetu, oficio o dedicación con los que alguien más la ha fabricado”.

Después de la cita textual, Ipatzi recalcó una frase leída: “Importa qué pista estás dispuesto a seguir”, Esto es fundamental en un género –explica- que tiene tan poca demanda popular como el ensayo, porque a veces te encuentras con ensayistas tan farragosos que ya no tienes ganas de seguirlos; o todos esos libros académicos que se imprimen para justificar los presupuestos de las instituciones y las universidades, que nadie lee.

Eduardo Huchín, señala el alivianado escritor local, con su forma de escribir genera la necesidad de profundizar aún más en el conocimiento de lo que plantea. “La ficción musical es un contrato que conviene respetar hasta en sus detalles más absurdos, porque nos aligera la existencia”, citó como ejemplo.

Cerró su participación con otra frase del autor: Este libro ha querido ser, en su conjunto, una celebración de las personas que se han interpuesto entre tú y la música.

Y el campechano Eduardo Huchín Sosa habló mucho, pero de sí mismo, de sus relatos de vida.

Se dijo haber sido un niño sin amor, pues su infancia la pasó huérfano de libros, ya que en su casa solo había una enciclopedia… pero esa enciclopedia tenía sección de música, lo que definió su destino, pues no existía internet.

Poco después en el tianguis descubrió el casete… y se hizo de una fonoteca de música clásica, lo que angustiaba a su mamá, pues esa música y ese niño de 11 años no compaginaban a su parecer. La secundaria la cursó en una escuela de puros niños… y ahí también se aficionó al rock.

Y su madre, angustia tras angustia…

Escuchaba a Chopin y a Guns N’ Roses. Más tarde, tocando con su grupo en un bar, pudo mantenerse por Caifanes, Maná, Soda Stereo y demás especímenes cuya música interpretaba. Aunque confiesa su gran gusto por la música religiosa y haber sido miembro de un coro de iglesia. “Me sé todo el repertorio”.

Se habló del autor, de su historia, de su forma de escribir… pero muy poco del libro y su contenido, pese a peticiones para que leyera algún párrafo. “Cómprenlo”, instigaban a manera de respuesta a las peticiones de lectura.

Y de Bach a Los Beatles el camino tiene tantos vericuetos y ramificaciones, que el sendero de ‘Calla y escucha’ quedó en la imaginación.

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