Jue. Nov 21st, 2024
Imagen de Polvo de escudos

José Luis Puga Sánchez

No tenía una meta en mente. No sabía el camino que finalmente tomaría, pero sentía una necesidad: capturar con su lente expresiones rituales del México prehispánico mezcladas con el colonialismo. Y Rosaura Pozos salió a las calles, a los caminos para al fin arribar a un libro, su libro: ‘Polvo de escudos’, presentado apenas días pasados.

Caminante, fotógrafa, licenciada en ciencias de la comunicación y “posiblemente” poeta, como se describe a si misma, Rosaura tiene un muy largo recorrido en la fotografía periodística y en la fotografía antropológica, pero todo ese bagaje estaba dormido los años recientes, dedicada ella a otras actividades, así lo confesó en el programa Jueves Fotográfico transmitido por INAH TV el 18 de mayo, programa especial sobre su libro.

Pero como dicen los cuentos infantiles, algún día que se encontraba desempolvando y ordenando sus archivos fotográficos, vio con las imágenes su vida pasar ante sus ojos… y su esencia llegó a buscarle. Rosaura se reencontró en ese momento con su yo interno, con sus sueños y sus motivaciones… y ese río la arrastro hacia afuera, a salir para fotografiar nuevamente. Tocó varios puertos y varios puntos. Buscó fiestas y rituales donde este tipo de personajes estuviera presente, aquellos que simbolizaran la historia de México, sus etapas, hasta que encontró un lugar “tomado por fascinantes personajes, eclécticos”.

Inicialmente se planteó fotografiar el “performance tradicional”, donde el personaje del guerrero prehispánico fuera uno de los actores principales. Pero ya en el trámite todo empieza a cambiar y se introdujeron personajes que muestran la fusión de tiempos y de culturas y de símbolos.

Todo el material fotográfico que bullía tenía inicialmente un destino incierto, pues “solo quería vivir eso y no me había planteado qué iba a hacer con eso”. La imparable acumulación de material le hace ver que requería un destino para las imágenes obtenidas. Vigente estaba su necesidad de centrarse en los símbolos, más que en los acontecimientos… y ese fue su camino: los símbolos.

“Estaba haciendo entonces la edición de un libro, pues eran las páginas abiertas, era lo que estaba yo buscando”.

El libro –adelanta Rosaura- es solo la primera parte del proyecto. Ha estado trabajando “en otras cosas”, en videos que espera pronto vean también su salida.

En ese surtidor de reencuentros vividos por la fotógrafa, otro tema con el que se encontró fue detectar el lugar que ocupa la mujer, porque “si bien las mujeres se atavían y participan sobre todo en las danzas, en los performances en donde se escenifican todo este tipo de luchas, la mujer está ausente. Regresaba siempre del trabajo de campo con fotografías de hombres, hombres y hombres. Eso estaba sucediendo”.

¿Cómo abordarlo? La respuesta llegó por sí sola. Cierta ocasión que fotografiaba un ritual, los jóvenes habían empezado a ataviarse, pero al lado dos chicas, sin ataviarse, se habían puesto los guantes y habían empezado a pelear. “Las fotografíe. Encontré ahí a una chica, que es la parte final del libro, que al ver la cámara se convenció a sí misma de que tenía que pelear y ganar. Lo hizo. Y tenía ese gesto, primero de reto, luego de satisfacción. Desde que tomé esa fotografía, supe que era el punto final del libro”.

El proyecto sigue en marcha. Rosaura está ahora embarcada en la construcción de una página web y, paralelamente, impulsa la concreción de una exposición. En fotografía se encuentra ya en una segunda etapa, donde los personajes se encuentran completamente sin contexto, solamente el personaje, con su atención centrada en los gestos, en las vestimentas estropeadas, manchadas…

‘Polvo de escudos’ recibió los comentarios de presentación de Ricardo Yáñez, promotor cultural, periodista y docente institucional e independiente, sobre todo en talleres de poesía, miembro del sistema nacional de creadores de arte.

Yáñez refunfuñó por haber sido empujado a la presentación del libro, pues se sentía no lo suficientemente preparado en información para ello, y con fuertes dolencias de tiempo, pero cocinó un texto que ofrendó a Rosaura Pozos: ‘El lugar de la extrañeza’.

Extrañeza, extrañeza es la palabra que los labios pronuncian con los ojos abiertos, sobre el abierto libro ‘Polvo de escudos’ de Rosaura Pozos. Ritual, ritual es la siguiente. Pureza y suciedad, contradictoriamente, son las que le siguen.

En el ritual hay que ensuciarse para salir del trance desasido de sí, menos yo, más espíritu, carne purificada, transida, vencida por el espíritu, lo no carnal de la carne.

Respeto, terror, fantasía, imaginación, otredad, signos y símbolos de algo que se parece a la caída y a la resurrección. Decadencia, transmutación, hipóstasis, rememoración y conmemoración de la memoria, algo vaga, algo perdida, algo divagante, algo deteriorada, pero viva, quién sabe cómo viva, pero en efecto, viva.

Plumas, sombreros, manchas, máscaras, atavíos entre exóticos y miserables, entre regios y pudiéramos decir destartalados, el caso es no ser lo mismo siquiera una vez, no lo mismo, no lo estándar, no lo cotidiano. Ser´, acceder a asombro, adentrarse en las posibilidades de la maravilla con todo lo que se tiene, con todo aquello de lo que se carece, con todo. Arriesgarse, por una vez siquiera, a no ser lo que se es para entrar en el ser.

Y en el libro, en ese ‘Polvo de escudos’, Rosaura Pozos Villanueva se muestra, se desnuda:

“La procesión avanza, las ropas y zapatos dan muestra del origen, se esconden los rostros, se muestran los ojos, los tantos pasos son uno con los otros, el campo de batalla es la tensión acumulada, la herida en el color de la piel es el grito de guerra y ahí estoy yo preguntando y preguntando qué estamos representando.

El rostro de un adolescente guerrerense que sin atuendo ritual se ha puesto los guantes y ha peleado, la respondo: estoy aquí, aquí está mi mirada”.

contacto: piedra.de.toque@live.com

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