Lun. May 20th, 2024
Tamara Merino/Diario de Cuarentenar. 2020

José Luis Puga Sánchez

Una mirada femenina poliédrica, multifacética, sobre las soledades, sobre los desencuentros, pero también sobre la esperanza, baña la exposición fotográfica Los estados del mar, montada en la reja perimetral del Palacio de Cultura, como parte del Festival Internacional de Fotografía de México organizado por el Centro de la Imagen en el marco del programa Fotoseptiembre.

La exposición, en colaboración con el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile y la División de las Culturas, las Artes, el Patrimonio y Diplomacia Pública de Chile, ofrece la experiencia sensible, poética, en 42 imágenes de 16 mujeres chilenas de diferentes edades y sin conexión alguna entre ellas

Para la curadora de la exposición, Cecilia Mirada Gómez, las fotógrafas gparticipantes son mujeres que no solamente producen imágenes, pues hay quienes dan clases, quienes trabajan en periódicos, quienes van a las marchas y están registrando el movimiento feminista, quienes han viajado y registrado otros territorios. “En esa diversidad, en eso heterogéneo encontramos el agua como elemento unificador, aunque no en todas las imágenes hay agua, pero cualquier entidad viva necesita agua para existir”. El discurso general es que el agua es el principio vital de cualquier vida orgánica.

Pero hay también en la exposición un discurso feminista, no femenino, porque –recalca Cecilia- “lo femenino ha sido una construcción social que ha ubicado a las mujeres en un lugar menos privilegiado que los hombres, con el que se ha relacionado una suerte de sensibilidad peyorativa sobre la vida de las mujeres. Lo femenino es lo rosa, es lo sutil, es las personas que lloran. Lo feminista es una defensa por la vida y la diversidad de género, de raza y de clase que busca la inclusión y la vida digna de todas las personas”.

Hay –subraya- dolor, enojo, soledad en la muestra. Hay una tradición histórica chilena, aunque no es privativa de Chile, sino de los países que han sido colonizados o han sido víctimas de dictaduras, donde la huella de estos actos atroces y violentos sigue generando ecos en la memoria y en la vida de las personas, y no es para menos. “Desaparecieron tanta gente, mataron a tantas personas, por lo que evidentemente es un territorio que vive con el dolor latente, yo diría un dolor muy parecido al que atravesamos en México”.

Lo curioso –apunta- es que el trabajo de estas mujeres no solamente podría manifestar esta angustia o desolación, sino también, en un acto de resistencia política, cómo están haciendo frente a esa situación, cómo se están aproximando a los contextos tan complejos en que viven y cómo, desde la imagen nos están no solamente compartiendo, sino confrontando para preguntarnos, para hacernos reflexionar.

Hay una ambivalencia. Hay en la muestra imágenes de familias destruidas, pero también de familias que se están generando desde otro lugar. “Por un lado hay desolación, pero por otro lado hay esperanza, hay resistencia y hay imaginación”.

Johan Trujillo Argüelles, directora del Centro de la Imagen, dijo que el festival tiene como tema central el territorio, con la intención de reflexionar sobre las formas en que decidimos habitar el mundo, a partir de la relación entre lo humano, lo natural y lo social.

En tanto, para Jorge Vidal Rodríguez, primer secretario de la embajada de Chile en México, la muestra habla de las realidades cotidianas, pero también de la fotografía experimental, de la naturaleza, de la vida urbana… “todo en una visión feminista, de reivindicación de la condición de mujer artista”.

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