Lun. May 20th, 2024

José Luis Puga Sánchez

Su pintura se nutre de amplios bocados de recuerdos, pero son recuerdos impregnados en su mayoría de dolor, de sufrimiento. La obra pictórica de Begoña Llarena, ‘Sentir el silencio’, montada en la galería Casa de la Nube, escurre sufrimiento.

Confiesa ella que su obra tiene inyectada su visión feminista, de la mujer como herramienta de cambio, de transformación social, pero parte desde el dolor, la melancolía, la muerte, el duelo y la posterior sanación y el reinicio. “El ciclo completo de la vida”.

En su obra tienen una enorme predominancia las tonalidades oscuras: azul, violeta y sus colores complementarios, con los que busca representar la variedad de lo femenino, y consecuentemente la pluralidad del ser humano, del universo.

“Escojo este tema porque es producto de mis experiencias y de mi actividad como colectora de objetos que he encontrado en el camino. Mis piezas son la reconstrucción de mis recuerdos, porque mi proceso creativo se basa en la memoria y en mi reinterpretación del entorno. Mi obra es un registro de lo que observo y de lo que experimento”.

Y si, la obra de Begoña Llarena es oscura, con matices de opresión. Dice buscar representar el ciclo de la vida, pero una vida puede ser sufrida, padecida, dolorosa, tal como la sensación que desprende ‘Sentir el silencio’.

Poblana de nacimiento, de radicación y de ideología, la pintora dice que la muestra es resultado de un ejercicio de introspección que busca “no solamente describir la realidad objetiva, sino también recordar cuales son los rasgos internos de la experiencia subjetiva de la realidad. Es decir, entender cómo el artista se convierte en un filtro que concreta la ambición de mostrarnos no solamente lo evidente, sino incluso lo ininteligible, por medio de la razón y de la utilidad científica de la verdad”.

Begoña Llarena trajo a la Casa de la Nube una ventana a su jardín interior, un jardín que presume sus fragancias, sus colores y sus texturas, pero que en la sombra deja entrever moho, óxido, grietas, fisuras.

“Durante mi proceso artístico existe un cierto grado de caos que está controlado. Busco que mi trabajo artístico sea pertinente y coherente con respecto a quien soy, pero, al mismo tiempo, me siento responsable con el público y estoy comprometida a tratar de generar una obra que no deje indiferente al espectador”.

‘Sentir el silencio’, de Begoña Llarena, está abierta en la galería Casa de la Nube, cuando menos hasta que la retiren.

contacto: piedra.de.toque@live.com

Por admin