José Luis Puga Sánchez
Horrendas historias de la montaña guerrerense fue lo que trajo a Tlaxcala la colectiva escénica LaContraMemoria, en un montaje inmerso en el circuito regional del Centro Cultural Helénico, presentado en el foro Contarte de la capital tlaxcalteca.
En un buen trabajo unipersonal, “Siuatl, de huidas, guerrillas y fandangos” es un montaje que inicialmente desnuda la violenta cotidianidad en que viven, o sobreviven, sería más adecuado, las mujeres en la sierra guerrerense.
Con un diseño escenográfico sencillo pero imaginativo, Siuatl narra desde 1974, cuando inicia el despliegue militar en Guerrero, como una táctica para combatir al crimen organizado, después del secuestro de cuando menos 400 personas, entre ellas el candidato a gobernador Rubén Figueroa. “Se instala, así, un estado permanente de emergencia contra narcotraficantes y guerrilleros, por igual”.
Esa sierra –recalca el montaje- cuyas veredas antes fueron atravesadas por Lucio Cabañas y Rubén Jaramillo, en una guerrilla con fuertes tintes sociales, hasta hoy que son usadas por las trocas cargadas de narcos armados hasta los dientes.
Pero la espiral de violencia, denuncia el trabajo escénico, tiene un principio doméstico, pues la pobreza extrema que exacerba las pasiones y las disputas entre familiares y entre amigos, ha llevado a la muerte o al exilio a cuentos de personas.
Duros señalamientos desde la puesta hacia los gobiernos del estado y, sobre todo, federal, como aquella finalización oficial del reparto de tierras en la administración de Salinas, cuando “había millones de hectáreas aun por entregar” y abre el campo mexicano a la inversión privada…. Y hoy el campo está abandonado.
“Hoy las tradiciones son otras, porque la demanda es otra y las necesidades son otras… porque no nos queda de otra”. Se fustiga en la obra a los sucesores de la revolución, quienes despojaron de contenido a los emblemas de tierra y libertad.
Y detonó la violencia… Familias enteras enfrentadas por mendrugos. Muertos en todos lados y mucha gente que huyó para salvar sus vidas, sin importarles dejar abandonadas posesiones y pertenencias.
El cambio de siglo encontró la explosión en la demanda de enervantes en los Estados Unidos. “Desde 1999 la oxicodona, un analgésico opioide proveniente de la goma que se extrae de la amapola, triplicó su consumo en los Estados Unidos, existiendo al día de hoy 10 millones de adictos que demandan una dosis diaria de heroína, dosis que se venden en las ferias de Estados Unidos en bolsas que cuestan 20 dólares. Un amapolero de la sierra de Guerrero vende un kilo de goma de opio en 500 dólares, unos 10 mil pesos. Supongamos que estas bolsas contienen 100 miligramos, lo que quiere decir que son 10 mil dosis por kilo. Entonces, el mismo kilo que vende el amapolero se vende en las calles de Estados Unidos en 200 mil dólares. Aumenta 400 veces su valor original y se necesita una tonelada diaria para satisfacer la demanda de los consumidores”. Descarnada radiografía social de la sierra de Guerrero.
“El productor y el consumidor existen. Los de este lado sembramos y los del otro lado consumen, pero hacer llegar todo este producto al otro lado cuesta mucho dinero y, sobre todo, vidas humanas”.
Casi lleno el pequeño espacio de Contarte, los asistentes escucharon que “un ciclo completo de producción tarda unos cuatro meses, lo que quiere decir que son tres ciclos al año. Imagínense lo lucrativo que es para un campesino de la sierra de Guerrero, un lugar que mantiene tranquila a una de las poblaciones más poderosas del mundo. Hay personas que sobreviven con esto, hay personas que viven de esto y hay personas que se hacen ricas con esto”.
Y, contundentemente se añade: el gobierno no significa nada para ellos porque ¿qué hace el gobierno ahí?… nada. ¿Qué da el gobierno?… nada. ¿Qué le debemos al gobierno?… nada.
“Cuando el Estado no se hace presente en estas situaciones, cuando no hay ley, cuando no hay orden, cuando no hay servicios… el hombre necesita crear su propia ley, su propio orden y su propio servicio, aunque resulte perverso para el resto de la humanidad”.
Y los muertos, el reguero de muertos, de niñas y niños muertos, de jovencitas raptadas y violadas y muertas, de ancianos muertos de tristeza, parece no tener final.
La colectiva escénica LaContraMemoria trajo a Tlaxcala un montaje hiriente, corrosivo y sangrante que roe nuestra epidermis, penetra nuestras emociones hasta llegar a nuestra concepción del mundo, a nuestra concepción de la sociedad que somos y de la sociedad que queremos, hasta finalmente perforar nuestro propio sentido de solidaridad, de equidad, de justicia… nuestra identidad social.
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