Dom. May 19th, 2024
Aspecto de la expo Pintar el Lienzo de Tlaxcala

José Luis Puga Sánchez

Tlaxcala fue un pueblo no conquistado, Tlaxcala fue un pueblo conquistador. El gen tlaxcalteca se encuentra desde las Filipinas hasta Perú. Tlaxcala es el estado más grande de todo el país. Esa es la nueva historia que debe contarse, que debe popularizarse, arengó un exaltado secretario de Cultura, Antonio Martínez Velázquez, en el acto de inauguración de la exposición “Pintar el Lienzo de Tlaxcala”, montada en el Museo de la Memoria, como para que no se olvide.

Se trata de un proyecto colectivo elaborado por el Centro Cultural Universitario Tlatelolco de la UNAM y por Noticonquista, inaugurado hace poco más de un año en el Centro Cultural Universitario de la misma universidad. Y en los estertores del año la muestra llegó a Tlaxcala.

En el acto inaugural el secretario de Cultura blandió su “tlaxcaltequidad” y la enhebró con el gobierno en turno: ¿Cómo contar la nueva historia de Tlaxcala?, interrogó al aire. En seguida aseguró que no hay memoria histórica y la historia tlaxcalteca no ha sido contada aun, “porque hay una hegemonía de la historia mexica, de los vencidos y de los vencedores. En realidad, estos documentos (el Lienzo de Tlaxcala) hablan de un pueblo no conquistado, que son conquistadores y que fundan todo lo que conocemos como México”.

Y fue insistente: Esta es la historia que hay que contar. Lo he hablado –recalcó- con la gente que está haciendo el plan de justicia indígena y todo este tipo de cosas y programas, pero que tienen que entender que Tlaxcala, en la cuestión indígena, es otra cosa. Aquí pasó otra cosa. Tenemos una excepcionalidad en la historia que no tiene ningún otro pueblo. Quizá el pueblo mixe tenga parte de esta fuerza, pero ningún otro pueblo en Mesoamérica tiene la historia como la de Tlaxcala. Por eso hay que contarla de manera contemporánea, de manera didáctica, contarla de todas las maneras posibles.

Justificó así que “lo primero que hicimos” a llegar al gobierno, fue reeditar el Lienzo de Tlaxcala en una versión económica, que gracias a las caravanas culturales ya está en todo el estado, en todas las bibliotecas públicas, en todos los ayuntamientos. “Es importantísimo que los tlaxcaltecas entendamos nuestro origen y por lo tanto nuestro destino; es decir, como un pueblo conquistador, como un pueblo cuya cultura está desde las filipinas hasta Perú, ni más ni menos. De ese tamaño es la cultura de Tlaxcala. Es sin duda el estado más grande de todo el país”.

Después de aspirar hondamente, Marvel centró su mirada en la exposición, serie de paneles aislados de artistas e historiadores, bajo la coordinación del historiador Federico Navarrete, quien, a decir de Marvel, habría dicho que hay que recrear, en el contexto contemporáneo, los elementos que pudieron hacer posible este lienzo. “Es decir, era una conversación muy prominente. Este lienzo se hizo alrededor de 1551 y además está perdido. No existe copia del original. Lo que conocemos son reproducciones de siglos posteriores”.

El secretario de Cultura dijo que el cabildo de Tlaxcala manda hacer esta historia que tenía dos lecturas posibles. “Una lectura era para presentarle al rey (de España) una cronología de cómo los tlaxcaltecas habían participado en las batallas de conquista entre 1519 y 1541, que es una lectura, digamos, occidental. Pero hay otra lectura, que llamamos mesoamericana, en la que los tlaxcaltecas, que en la tradición de los tlacuilos estaban dejando asentada la memoria del pueblo tlaxcalteca y de los cuatro señoríos. Esa convergencia de lecturas es lo que hace tan importante a este documento”.

No es esta la visión de los vencidos, reafirmó convencido. Tenemos la mala costumbre –añadió- de leer la historia en clave mexica, entonces parece que hay unos vencidos y unos vencedores. Tlaxcala no es vencido. Tlaxcala es un pueblo conquistador, un pueblo no conquistado que participa en las batallas de conquista hasta 1551, que es cuando comienza a escribirse este texto. “Además, no solamente fue eso, sino que en las prebendas que pidieron al rey y en la construcción de lo que sería la Nueva España, después México, por ejemplo, tenía que haber los apellidos. Cualquier apellido en cualquier parte del mundo que sea náhuatl, Ahuatzi, Cuamatzi, es tlaxcalteca, no tengan duda. En el lugar en donde lo encuentren, tiene antecedentes tlaxcaltecas, porque era una manera de conservar su identidad y, sobre todo, de decir que era un pueblo no conquistado”.

Reconoce Antonio Martínez que, con base en las crónicas, el pueblo de Tlaxcala es el primero que adopta la religión católica, “sin la fuerza, sin la espada. Por eso está ahí la reproducción del cuadro del bautizo de los cuatro señores, que está en el ex convento (de San Francisco), que son los cuatro señores cuando parten y se dice que deciden aceptar de manera voluntaria la religión”.

La exposición, que estará montada en el Museo de la Memoria a lo largo del primer trimestre del año, es una propuesta para repensar contemporáneamente todo el Lienzo de Tlaxcala.

Marvel lee el trabajo del tlaxcalteca Juan Carlos Juárez, al que califica como un ensayo que busca entender la conquista de México y lo que llaman en clave colonial “el nuevo mundo”; “de un lado están los tlaxcaltecas: a la cabeza está Xicohténcatl con el escudo de Tlaxcala, acompañado por otras gentes y otras culturas como los cholultecas y los guatemaltecos, quienes están viendo hacia España, hacia el rey, hacia Cortés con la Malintzi y los conquistadores de Perú y otras latitudes. El mural está inspirado en las crónicas que reportan que estaban en la casa de los tlaxcaltecas”.

Refiere también otra propuesta en un lienzo con estética profundamente abstracta.

Otro trabajo es sobre el retrato de los cuatro señores de Tlaxcala, junto con el bautizo, junto con una maqueta de la ciudad de Tlaxcala, inspirado en los dibujos que hace Diego Muñoz Camargo de la ciudad de Tlaxcala.

La muestra contiene también una explicación digital, en video, de la copia conocida del Lienzo de Tlaxcala. Por otro lado, una serie de piezas que la UNAM “nos va a comisionar con este mismo espíritu; es decir, artistas contemporáneos que pudieran reinterpretar piezas prehispánicas. Algunas de las historias narradas vienen contenidas en el libro de Muñoz Camargo, mientras que otras tienen su origen en otros códices”.

Antonio Martínez Velázquez reveló que hay ya pláticas con Federico Navarrete para tener un seminario permanente sobre el Lienzo de Tlaxcala en la UNAM y en Tlaxcala… “Tenemos que hacer popular esta historia. ¿Cuál es la historia más popular de México? Pues la de la conquista, de Tenochtitlán, de Moctezuma y cómo sufrió… La nuestra es otra historia, y esa es la que hay que contar, porque, además, gracias a que fundamos todo el norte del país y nos fuimos a todos lados, está la huella tlaxcalteca ahí, por eso hay que contar esta historia, no otra, y hay que popularizarla. No se debe quedar en los claustros académicos, en un par de especialistas, en los defensores del Lienzo de Tlaxcala”.

contacto: piedra.de.toque@live.com

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