Dom. May 19th, 2024
Catana deleitando a su público en la Nube

José Luis Puga Sánchez

En la pandemia nos sentimos inmortales, estuvimos llenos de ego, teníamos una experiencia… ¡pero nos valió madres! Así describe Rafael Catana su percepción del desastre arrastrado por el covid y los monstruos internos que despertó en la humanidad.

El cantautor estuvo en Tlaxcala para regalar una tocada en la galería Casa de la Nube, como despedida a la exposición fotográfica montada en ese espacio de Rebeca Martell. Lo acompañaron Gustavo Beltrán en el acordeón y César Alcázar en la trompeta.

Y antes de arrancar la tocada, aun antes de los pulquitos, Catana aseguró que el suyo es, el de ahora, un momento muy divertido, pues acaba de publicar su nuevo disco “Ruido en el corazón”, hecho en pandemia “y como ya se iba a acabar el mundo, echamos todo, lo reflejamos. Nos tocó un apocalipsis.

Pues ese disco pandémico ha sacado a Catana de su marasmo y lo ha puesto en movimiento. “Estoy en buen momento creativo y de trabajo”.

Pero no puede apartarse de la pandemia. Que en este país hayan muerto 200 mil o 300 mil personas, lamenta, es mucho, porque son seres humanos. “Los que quedamos somos privilegiados por estar vivos, porque a la hora de la hora sonaba así el viento, fiiiuuuu, fiiuuuu, de la muerte”.

No teníamos –recalca- esa conciencia para prepararnos. Olvidamos la experiencia de la influenza del 2009. “Nos sentimos inmortales y nos dimos cuenta que… nel pastel. Somos finitos. El ego… y cuando mueres te das cuenta que el ego es como una basurita que te estorba en la vida. No es mi caso, pero la humanidad sí”.

¡Pero finalmente nos valió madre…!

Ya más en lo suyo, el cantautor afirma que la producción musical ha cambiado mucho. Ahora casi no hay discos físicos. “Todavía algunos sí los hacemos, pero la gente que le interesa la música, escucha discos físicos, porque las redes sociales son la prisa. Corre, corre, ponte una set list… no, escucha un disco, quién lo produjo, en qué año, cómo lo grabaron, cómo hizo la batería Ringo Starr en los años 60, o una banda contemporánea cómo graba la batería. ¿Ya no graban batería? ¿Es una máquina?… Cuando te interesa la producción escuchas un disco completo. Hoy eso no se ha perdido, pero la prisa los mata. Y esa cosa de la prisa hace que pienses que vas a ser famoso e inmortal. No es cierto, eso no existe. Existen artistas masivos que también algún día fallecerán”.

A contracorriente de mucha gente de arte, Rafael Catana afirma que el reguetón es muy importante porque es música latina. “Te puede o no te puede gustar, pero la música latina está sonando en el mundo. Yo no tengo talento para hacer un reguetón, pero creo que sí hay que retomar cosas del reguetón para hacer música. Aunque si escuchas un disco de Morrissey, de Carlos Arellano, o de Gerardo Enciso, no te dan ganas de hacer reguetón. Son canciones muy completas”.

El tipo de consumo musical actual en general hace que a Rafael Catana le cueste trabajo penetrar, porque hay “demasiada oferta” y “los artistas independientes empezamos todos los días: subir algo a las plataformas, a las redes sociales y estar insistiendo, incidiendo permanentemente”.

Ahora la gente ya no compra discos, los baja directamente de redes sin pagar, y “está bien que la gente lo baje”. Entonces ¿cómo llega la ganancia económica para el autor o el intérprete? Tocando en vivo y vendiendo en vivo poquitos discos físicos, contesta Catana. Eso es lo que hay que hacer, seguir tocando, porque la música en vivo es mejor.

Con el segundo llamado a escena encima, Rafael Catana jura que su proyecto inmediato es seguir vivo y seguir tocando. “Tengo un ejemplo espantoso que es León Chávez Texeiro, quien acaba de cumplir 86 años y sigue tocando. Rafael Acosta, de Los Locos del Ritmo, tiene 81 y sigue tocando… chin…”.

Y los acordes de “Ruido en el corazón” y otros discos, culebrearon entre los asistentes que llenaron el cálido espacio de la galería.

contacto: piedra.de.toque@live.com

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