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Presentada como una herramienta de la Secretaría de Cultura federal para obtener información precisa y actualizada que permita reconocer, impulsar y desarrollar la diversidad de culturas locales, los temas que interesan a las comunidades y los espacios físicos que existen para ejercer el derecho a la cultura, el Registro Nacional de Agentes Culturales ‘Telar’ no registra movimiento alguno, en su plataforma, desde su presentación pública en diciembre de 2020.

Calificado en su momento por Alejandra Frausto como un instrumento que deberá permitir el acercamiento y reconocimiento de agentes culturales, elementos clave para la definición de políticas culturales, con lo que se contaría con un registro único y robusto de la comunidad cultural en todo el país, así como de las prácticas que configuran nuestra diversidad cultural. Además, es una fuente de información que favorecerá una mejor toma de decisiones sobre las necesidades del sector.

Telar comenzó actividades en 2019 con el registro presencial de agentes culturales en 307 municipios con alto rezago social en todo el país, en zonas con limitado o nulo acceso a internet, donde tuvo presencia el programa de Cultura Comunitaria. En junio de 2020 abrió su modalidad en línea, con lo que avanza en su transformación en una plataforma virtual, donde las personas y organizaciones culturales que se registran puedan tejer redes e interactuar.

Entre mayo de 2019 y diciembre de 2020, se registraron 26 mil 115 agentes culturales, quienes proporcionaron información para su identificación, perfil sociodemográfico y sobre su actividad cultural, vínculo con instituciones públicas, entre otros.

La información que recopila el documento, titulado Informe del Registro Nacional de Espacios, Prácticas y Agentes Culturales, se realizó con corte al 19 de agosto, cuando había inscritos 19 mil 279 agentes.

Esta información indica que, de este universo, 65.67 por ciento tiene entre 30 y 59 años de edad; un 11.61 por ciento pertenece al sector de adultos mayores; y un 22.72 por ciento son jóvenes de entre 18 a 29 años.

También, que el 54.9 por ciento son mujeres, a pesar de ser mayoría, presentan dificultades para generar ingresos suficientes y acceder a espacios y posiciones históricamente reservados para los hombres.

De igual modo, más de la mitad de las y los agentes culturales tiene preparatoria o bachillerato terminado, mientras que un 40.54 por ciento ostenta una licenciatura, el 8.87 por ciento un estudio de posgrado; 15.58 por ciento se encuentra en el promedio nacional de secundaria concluida y 13.3 por ciento está por debajo de la media.

Los espacios geográficos donde hay una mayor concentración de registros de agentes culturales son la zona centro y centro-sur del país, especialmente en la ciudad de México, Estado de México y Veracruz; en cambio las entidades con menor presencia de agentes que se han inscrito son San Luis Potosí, Querétaro, Michoacán, Nayarit, Yucatán, Baja California y Baja California Sur. Es importante mencionar que esto es sólo un reflejo del proceso de registro, no necesariamente de la presencia mayor o menor de agentes culturales en alguna zona del país.

En cuanto a la distribución de las y los artistas y creadores en las diferentes disciplinas artísticas, el área más representada son las artes vivas y escénicas, con un 17.76 por ciento, le siguen la música (16.23 por ciento) y las prácticas artesanales u oficios tradicionales (15.23 por ciento); las de menor presencia son las áreas de lengua, tradiciones orales y narrativa (1.33 por ciento), artes de representación tradicionales (1.22 por ciento), así como las multimedia y arte digital (0.77 por ciento). Cabe resaltar que la poca representación de estas áreas de actuación podría relacionarse con la falta de autorreconocimiento como agente cultural.

Respecto a los espacios destinados para realizar sus actividades culturales, el 31.82 por ciento mencionó que las practican en lugares privados, un 25.09 por ciento en lugares especializados como teatros, salas de conciertos, galerías, ferias de artesanías, por mencionar algunos, y 33.61 por ciento en espacios públicos abiertos y cerrados, mientras que un 9.48 por ciento lo realiza en lugares catalogados como “otros”.

Acerca del tipo de población con la que trabajan, 58.95 por ciento indicó que su práctica está dirigida a todo tipo de público. Las poblaciones objetivo más atendidas son jóvenes de 18 a 29 años, con 7.70 por ciento; adolescentes de 12 a 17 años con un 5.17 por ciento, y niños y niñas de 9 a 12 años con 4.63 por ciento. Los grupos menos predominantes como público objetivo son la población hospitalizada (0.17 por ciento), los familiares de personas desaparecidas (0.19 por ciento), y las personas afromexicanas (0.24 por ciento).

En cuanto al nivel de ingresos en términos de salarios mínimos por actividad, en los registros es visible, apunta el documento, que, en todas las áreas de actuación, más de la mitad de las y los agentes culturales percibe un salario mínimo ($3 mil 697 pesos) o menos, lo que los coloca, a más del 50 por ciento, por debajo del promedio mensual por perceptor de ingresos ($4 mil 675.33 pesos) calculada con información de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares (ENIGH), correspondiente a 2018.

Las prácticas artesanales, el oficio tradicional, el arte utilitario, el diseño, el multimedia y arte digital son las áreas reportadas como de los salarios más bajos; mientras que la promoción y gestión cultural (17.93 por ciento), la literatura (15.36 por ciento), la lengua, las tradiciones orales y la narrativa (12.15 por ciento), así como las artes audiovisuales (11.27 por ciento), son las áreas donde es mayor el porcentaje de agentes que recibe tres salarios mínimos o más.

En el ámbito de servicios médicos, al menos el 20 por ciento de todos los integrantes de cada ciclo cultural no tiene garantizado este derecho. La cobertura más escasa se da en las áreas de investigación, preservación y documentación, mientras que la más amplia la tiene la fase de producción, distribución y exhibición.

Por área, los porcentajes más altos de agentes culturales sin acceso a servicios médicos se encuentran en artes visuales (39.17 por ciento), multimedia y arte digital (32.23 por ciento), artes vivas y escénicas (30.92 por ciento), así como artes plásticas y visuales (30.78 por ciento). Mientras que las áreas con más porcentaje de cobertura se encuentran en prácticas sociales, rituales y festividades (14.25 por ciento), prácticas artesanales y oficios tradicionales (12.51 por ciento), así como el arte utilitario y diseño (15.87 por ciento).

Cabe destacar que mujeres y hombres participan en todas las áreas del ciclo cultural; sin embargo, hay actividades cuya práctica es en su mayoría hecha por mujeres o por hombres. La prevalencia de la participación femenina se da en el arte utilitario y diseño con un 73.85 por ciento; prácticas artesanales y oficios tradicionales (71.47 por ciento); conocimientos y usos relacionados con la naturaleza (62.23 por ciento) y prácticas sociales, rituales y festividades (61.60 por ciento). Mientras que en el caso de hombres son la música (77.07 por ciento), multimedia y arte digital (66.93 por ciento), artes audiovisuales (66.67 por ciento), artes plásticas y visuales (56.38 por ciento).

También se detecta que hay áreas donde en la participación existe más paridad, tal es el caso de las artes vivas y escénicas, la interdisciplina, la lengua, tradiciones orales y narrativa, así como la literatura.

En lo que respecta a la brecha salarial por áreas de actuación entre hombres y mujeres, sólo en dos hay más porcentaje de mujeres que de hombres ganando tres salarios mínimos o más, éstas son: lengua, tradiciones orales y narrativa (13.89 por ciento frente a 10.48 por ciento) y literatura (16.11 por ciento frente a 12.38 por ciento). En el resto de las áreas hay una mayor proporción de hombres que de mujeres ganando tres salarios mínimos o más. Las más paritarias en términos de salarios son la gestión y promoción cultural, las artes vivas y escénicas, la música, la literatura y la interdisciplina.

El informe indica que hay 139 agentes culturales que se identifican con otro género: 96 son no binarios, 26 se identifican con otro género (no listado entre las opciones), nueve son hombres transgénero y ocho son mujeres transgénero. Las áreas de actuación en donde tienen mayor presencia son las artes vivas y escénicas (33), artes plásticas y visuales (19), promoción y gestión cultural (18), la música (15) y la interdisciplina (13). 

Respecto a las y los agentes culturales pertenecientes a grupos indígenas, la mayor concentración se encuentra en el rango de 30 a 59 años, de los cuales 41.22 por ciento son mujeres y 22.47 por ciento son hombres. Las y los agentes de 60 años o más concentran el 20.43 por ciento de los registros y las de 18 a 29 años, el 15.88 por ciento.

Los pueblos indígenas con más registros en Telar son nahua -distribuido en 16 entidades de México con mayor presencia en Puebla, Veracruz, Hidalgo, San Luis Potosí y Guerrero-, ñuu savi (pueblo mixteco) que abarca Oaxaca, Guerrero y Puebla; y maya, presentes dentro del país en Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Chiapas y Tabasco.

En tanto que las lenguas originarias más representadas son náhuatl, mixteco, maya y tsotsil, lo que concuerda con las más habladas a nivel nacional.

Sobre la información acerca de la distribución de agentes culturales en los ciclos de creación cultural, en Telar la mayoría de los registros de las y los agentes culturales está en las fases de creación, diseño e interpretación, así como en la de producción, distribución y exhibición. El área en el que las y los agentes culturales tienen una menor participación es la investigación, preservación y documentación.

Estos son sólo algunos de los datos que la plataforma Telar ha logrado recabar, los cuales, si bien no son estadísticamente representativos, sí permiten mostrar un panorama más preciso de la situación actual del sector cultural en México. Son un sólido reflejo de las condiciones de las y los agentes culturales que se han registrado en la plataforma, y se irán modificando conforme ésta se nutra de más registros, apunta el documento.

Con la información que Telar ha recabado y seguirá recabando, la Secretaría de Cultura podrá trabajar en la creación e implementación de acciones, políticas culturales y programas que contribuyan a mejorar las condiciones de trabajo y de vida de las y los agentes culturales del país.

El informe se realizó con los datos recopilados del 25 de mayo de 2019 al 19 de agosto de 2020, con un total de 19 mil 279 registros de agentes culturales, 11 mil 371 se lograron a través de los Nodos Telar (módulos de registro) instalados en las jornadas de Cultura Comunitaria, que se llevaron a cabo durante 2019 y 2020. El documento es un análisis cuantitativo cuyo eje rector es proporcionar un diagnóstico interseccional de la desigualdad estructural que poblaciones prioritarias enfrentan en el sector cultural. En esta ocasión, se prestó particular atención a las diferencias por género y por pertenencia indígena. Si bien la información presente en el informe no es estadísticamente representativa, pues no se realizó a través de un muestreo, brinda un acercamiento a través del cual es posible conocer tendencias presentes en el panorama cultural del país.

Desde el primer momento, información oficial de la Secretaría de Cultura identificó al sitio https://telar.cultura.gob.mx, para recibir de manera permanente registros de los agentes culturales en el país. Se adelantó también que semestralmente de cada periodo será hecho público… Pero no ha sucedido eso en dos años.

contacto: piedra.de.toque@live.com

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