Jue. Nov 21st, 2024
Armando “Tocadas”, Núñez Vázquez

José Luis Puga Sánchez

Personaje icónico que refleja toda la época del rock y de la psicodelia. Verlo en las tocadas, de ahí su sobre nombre, era bastante común, sobre todo en Apizaco, Armando “Tocadas” fue tejiendo una imagen totalmente apegada a la insubordinación del rock… hasta su muerte en febrero reciente.

Y como generalmente sucede, una vez muerto le cayó encima una avalancha de elogios, de despedidas, de reconocimientos.

Todos dicen haberlo conocido, haber sido su amigo, compartir un pomo, cruzar una bacha…

Armando Núñez Vázquez fue personaje popular, de las calles, los antros, los callejones. Se le veía en todo acto con olor a rock, circundando a las bandas, cerca de los bafles, en el centro mismo de la acción por décadas.

Fue promotor pionero de los eventos de rock y metal, organizó importantes eventos en las ferias de Apizaco, Huamantla, Chiautempan y otras comunidades.

Pintor pertinaz, participó en varias exposiciones, fundamentalmente en su natal Apizaco, donde además participara en el desarrollo del deporte al formar varios equipos de fútbol, ganaderos varios de ellos de premios.

Otros habitantes de la noche, compañeros suyos en infinidad de momentos, apenas supieron de su partida le dedicaron palabras y recuerdos comunes.

Alejandro Ipatzi, amante también del rock, opinador y gestor cultural, abrió el cajón de su memoria, extrajo páginas de recuerdos y los saltó en el flujo de las redes:

“Cuando recién comenzaba a aventurarme a ese excitante mundo de las tocadas, iba a todas las que veía anunciadas en flyers hechos a mano o en collage. Iba a Contla, Apizaco, Santo Toribio, Puebla. No era más que un adolescente con una playera negra de Iron Maiden, un pantalón viejo de mezclilla que yo mismo había reparado con agujetas en las rodillas, una chamarra negra con estoperoles y una casetera donde llevaba la música que me hacía sentirme acompañado.

“Uno siempre llega al principio medio sacado de onda. Hay alrededor de ti una cantidad inquietante de sujetos de pelo largo, porte desafiante y aire de partemadres.

“Te encuentras a músicos que maltratan a sus instrumentos y el slam es esa olla peligrosa donde crees que acabarás molido.

“Pero no. Una vez entrado en el ambiente, aquello es hermoso, excitante, magnífico.

“Llegas solo y acabas con una gran cantidad de cuates, amigos, hermanos. Intercambiabas cassettes, fanzines, direcciones. Te enterabas de la siguiente tocada y era seguro que allá te volvías a encontrar a la banda. Todos en comunidad, en hermandad rockera.

“Hablabas con los músicos, con el organizador, con los próximos anfitriones. Ahí conocí a Arando Núñez Vázquez, un personaje que por puro amor hizo de su vida un estandarte de resistencia en la promotoría del rock. Rockero de coraza, rockero de corazón. Rockero como debe ser el rockero, aferrado, entregado, indiferente a las críticas y a los vaivenes de advenedizos que van y vienen.

“Lo ví en su faceta de artista visual, en su faceta de gestor cultural, en su faceta de banda entre la banda. Y en todas siempre me pareció él y solo él. Auténtico. Armando fue siempre Armando “El Tocadas”. Personaje por derecho propio en la historia que aún debe escribirse de la vida cultural de Tlaxcala. Muchos como yo, le debemos haber conocido el ambiente marginal de las tocadas de barrio. Muchos grupos recibieron su apoyo, su impulso, y a veces su bautizo endurecido en condiciones desfavorables para el rock, pero poderosas para la resistencia.

“Aún hemos de escribir su historia.

“Descanse en paz”.

Adentrado también en el mundillo de la contracultura, del rock como estandarte de resistencia, de cambio, de interconexión cultural, Alberto Fajardo tiene ya algunos años deambulando fuera de Tlaxcala, pero no olvida su esencia germinal, aquella época cuando recorrió la región integrado en bandas de rock.

Hoy, desde Xalapa, su actual lugar de residencia, extiende un fraternal saludo y despedida al compañero ido:

“Tomo esta foto de tu muro para hablar sobre ti. Te conocí en 1986, en ese diminuto pasillo alfombrado en los estudios de Radio Altiplano en la Casa de Piedra. Llevaba conmigo un tambache de discos, entre ellos mi tesoro más preciado, Tommy, de Who. En un ratito me lo pediste prestado y accedí de inmediato. Semanas más tarde me buscabas en los mismos estudios para devolverme el disco, yo no me acordaba de tu nombre y tú tampoco del mío. Tú buscabas al Tommy y así me llamaste siempre, nunca te referiste a mí como Alberto (o por lo menos no lo recuerdo). Así te conocí Armado Núñez Vázquez.

“En 1989 ingresamos a la Casa de Música del ITC para estudiar guitarra. Con David Alberto Morales Santana pasamos mucho tiempo juntos, de sol a foco. Vivías en el centro de Tlaxcala, en pleno zócalo, y en ese lugar y través de ti, conocí a otros imprescindibles personajes de la tan necesaria contracultura tlaxcalteca: Gonzalo Perper, J Guadalupe Pérez, Hugo Nava, Martín Palacios, Álvaro Luna Morales y muchos más camaradas, personajes que al igual que tú, son fundamentales en mi desarrollo de ideas y en mi vida.

“Tocadas aquí y allá, siempre incansable y entusiasta, más que el rock, la juventud en sí misma era nuestra bandera. Coincidimos algunas veces en diversos proyectos del ITJ a principios de este siglo, después, nos fuimos desvaneciendo hasta que me fui de Tlaxcala. Hace un par de horas me enteré de tu partida, en verdad lamentable. Descansa en paz, sólo si tú quieres, aunque seguramente estarás en breve, organizando una tocada y otra en los salones del cielo… aunque creo firmemente. que aun eres Too Old to Rock ‘n’ Roll: Too Young to Die”.

Travis es un personaje profundamente inmerso en las artes plásticas de Tlaxcala, grabado en específico, pero su universo artístico se expande a muchas otras disciplinas, como todo artista que se precie.

Travis también decidió mostrar en redes su pesar y compartir pequeñas reflexiones:

“Me uno a la pena de familiares y amigos por el lamentable fallecimiento de Armando Núñez Vázquez.

“En abril del 2023 coincidí con él en Atlangatepec en la actividad de Xacalas, Villas.

“En 2022, durante el aniversario de la casa de la cultura Natalia Teniza coincidí con Armando Núñez Vázquez ‘Kama-León’. Antes en 2020 también coincidimos en algunas otras actividades, como en el proyecto ‘Murales de la Esperanza’, donde participó también el Mtro. Pedro Tenorio Castrejón.

“La verdad lo que nos reunía no fue tanto la coincidencia, como lo fue la convicción de asumir el arte como un recurso para transformar, existir, expresarse y entrejer voluntades.

“En realidad a Armando ‘Tocadas’ lo conocí quizá desde el año 93, cuando él y otros amigos como José Luis Rodríguez “Kirino”, Katya, Bertha Pérez Escamilla, Manuel Mutis, entre otros, impulsaron de manera independiente actividades de fomento a las artes plásticas y arte urbano en Apizaco. Y más, adelante además de tener la fortuna de conocerlos, con su influencia, pero por convicción propia, en el año 2000 pude comenzar con ellos mi travesía en la creación plástica, gráfica y visual, con la utopía compartida de una ciudad de Apizaco con mucho arte, cultura, conciencia, paz y rock.

“El espíritu y utopía del arte libre y rebelde viven y trascienden en trayectorias como la de Armando Núñez Vázquez ‘Kama-León’”.

Armando Núñez Vázquez, Armando “Rocadas”, es uno de esos raros especímenes que caminan su vida de manera autodidacta, con amplias y profundas conexiones con su entorno, con su filosofía, pero alejados del aparato oficialista, de los medios de información.

Su muerte sacó a flotación una red de solidaridad social, gremial, personal que le enmarcan en un sólido balcón del arte y la contracultura local. Fue gente de ideas, de convicción, de resistencia… y esas cobijas le cubren en su nuevo viaje…

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