Editorial
Si bien hay que partir de que lo más cierto es que todo es incierto, inició ya el proceso interno en Morena para seleccionar a su candidat@ a la presidencia de la República… y eso puede cambiar drásticamente la vida política y social en el país.
Partamos de una fotografía; esto es, una imagen de hoy, aunque puede cambiar mañana y pasado mañana otra vez: solo hay dos candidat@s con reales posibilidades para suceder a Andrés Manuel López Obrador: Claudia Sheinbaum Pardo y Marcelo Ebrard Casaubon. No hay más, hoy.
Ambos han insinuado que, de llegar a la presidencia, darían continuidad a muchas de las políticas y estrategias del actual gobierno federal. Claro, eso tendrían que confirmarlo en los hechos.
Sin embargo, se ve difícil que mantenga, cualquiera que gane, la simulación de descentralización administrativa, lo que equivaldría a centralizar otra vez, oficialmente, a las instituciones de gobierno. Para Tlaxcala sería hacer público que la Secretaría de Cultura retornaría a donde está: la ciudad de México.
A este hecho habría que sumar el cambio en la titularidad de la dependencia y, consecuentemente, en muchas o en todas de sus direcciones.
Este panorama alejaría a Tlaxcala del trato preferencial que hoy tiene. Estaría el estado en la necesidad de competir, en situación de calle, por los programas y los presupuestos federales.
Y esto sucederá en poco más de un año, pues la reciente reforma electoral sitúa el 1 de octubre de 2024 rendirá protesta quien suceda a López Obrador.
¿Tiene ya la Secretaría de Cultura de Tlaxcala una estrategia y un equipo de trabajo preparado para enfrentar ese posible escenario?
En caso de tenerlos, la capacitación y la planeación para tal fin deben ser permanentes.
En caso de carecer de una o las dos herramientas, su diseño y puesta en marcha urge.