Lun. May 20th, 2024

Editorial

Acaba de cumplirse el primer aniversario de la toma de posesión del nuevo gobierno del estado.

Acaba de cumplirse medio año de la creación de la Secretaría de Cultura de Tlaxcala, en sustitución del Instituto Tlaxcalteca de la Cultura.

El secretario de Cultura sonríe a todo mundo.

Se dice satisfecho y lo pregona sin ambages.

¿Tiene razones?

Un análisis metódico y profundo, multidisciplinario, puede dar luces.

El cambio conceptual en el Museo de Arte de Tlaxcala, la apertura política a la diversidad, la estrecha conexión con las instituciones federales… son algunas de sus más visibles estrellas.

Y ese cambio conceptual en el MAT, ¿obedece solo a la necesidad de responder a los nuevos discursos? Interesante habría sido una consulta con los productores y los consumidores.

Innegable es que la actividad artística y cultural se ha multiplicado en el estado. ¿Sus razones?

Primero: la activación, tres años después de su nominal asentamiento en el estado, de la Secretaría de Cultura federal. Habría que preguntarse si la asunción de Morena en el gobierno del estado tuvo efecto en este cambio de operación federal.

Segundo: la adopción de la Secretaría de Cultura de Tlaxcala de políticas y programas federales, lo que, si bien le confiere un poder de acción mucho mayor, le viste con ropaje ajeno o, en el mejor de los casos, híbrido.

Uno de sus emblemáticos programas, las caravanas culturales, lleva a un grupo de artistas y talleristas a las comunidades de la entidad. El punto es que el año no alcanza, con su lógica irrefutable, para cubrir el estado. Un segundo pero: cada comunidad se tocará una vez al año… ¡una vez al año!… Se espera, acaso, aliviar en una sesión la crónica anemia que de por vida mina su salud emocional, artística, cultural y humana.

Sí, no hay duda, la actividad artística y cultural se ha fortalecido en Tlaxcala… pero…

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