Sáb. Abr 27th, 2024

Editorial

Es normal…

Es actitud generalizada en cada proceso electoral.

La incertidumbre anida en todos los trabajadores de la cultura.

Todas y todos permanecemos a la espera de las decisiones en las cúpulas partidarias.

Así hemos sido educados y adiestrados.

Siempre ha sido una actitud pasiva.

Siempre a la espera de que se nos indique el camino a seguir.

Solo entonces retomaremos el sendero… aunque no nos guste.

Así nos han hecho.

Así estamos hoy… y ayer… y mañana…

Corre el proceso para renovar poderes políticos que marcarán el rumbo de mucho en nuestras vidas… y permanecemos expectantes.

Pequeños grupos políticos se enfrentan entre sí para alcanzar el poder… el poder sobre la sociedad… sobre nosotros…

Se debaten modelos de desarrollo, modelos de nación, modelos de cultura…

Y permanecemos pasivos…

¿Qué ven los candidatos?

¿Cuál es su entendimiento sobre el concepto de cultura?

¿Cuáles sus propuestas de desarrollo cultural?

¿No interesan?

¿Empatan con nuestra visión y con nuestro trabajo?

Pero… ¿Por qué no tomar la iniciativa?

Conocemos el campo, lo caminamos todos los días…

Hemos sorteado sus escollos y bebido en sus vergeles…

¿Por qué esperar que alguien que habita la parte opuesta del universo nos diga como caminar nuestro territorio?

¡Aunque no sepa un carajo!

Navegar con nuestras velas y a favor de nuestro viento… ¿es reprochable?

Por qué, entonces, no aprovechar este periodo de aguas revueltas para introducir, así sea subrepticiamente, ideas, propuestas, proyectos, políticas…

Es un terreno que dominamos… que conocemos.

¡Es momento de demostrarlo!

¡Dejemos fuera los brazos cruzados!

Por admin