Dom. May 19th, 2024

Editorial

Se escuchan voces que reprochan públicamente el reducido número de creadores que participan en los eventos que organiza la Secretaría de Cultura.

Programas como las caravanas culturales y recientemente los programas de apoyo a eventos deportivos de talla internacional, solo como ejemplos, han ocupado los buenos de la autoridad cultural estatal.

Conveniente es detenerse a meditar que el mundo apenas está saliendo de una feroz y prolongada cuarentena a que nos obligó el empecinado virus que tantas muertes causó.

Dos años de postración -2020 y 2021- empezaron a ver su fin apenas este año. Las actividades públicas tienen muchas de ellas menos de un año de reactivación.

Y ese periodo de tiempo los trabajadores de la cultura apenas han tenido actividad abierta, por tanto, sus ingresos han sufrido extenuante merma.

La situación anímica se agrava ahora cuando sienten que las colaboraciones pagadas para la Secretaría de Cultura de Tlaxcala son escasas y dirigidas a un reducido número de creadores.

Es un periodo de apertura global muy sensible, y con ánimo de transparencia, importante sería que la dependencia hiciera público su catálogo de trabajadores de la cultura con los que mantiene nexos de colaboración para sus programas y sus eventos.

Importante sería también diera a conocer si hay criterios de selección, o no, para tales fines.

Importante sería que se abrieran convocatorias para que, bajo necesarios estándares de calidad, los recursos y programas que fluyen a través de la Secretaría de Cultura de Tlaxcala, alcancen a un mayor número de creadores.

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