Editorial

El secretario de cultura insiste en tener jurisdicción sobre el Tebac, pero no se puede demostrar que el Tebac sea parte de la infraestructura de la Secretaría de Cultura.

Argumenta que los apoyos públicos que se canalizan al taller le confieren, en automático, autoridad para intervenir en el taller.

Los miembros del Tebac, maestros, alumnos y simpatizantes, reclaman respeto a su autonomía.

Sin embargo, la ventana que abre el secretario demanda una minuciosa revisión. ¿Canalizar recursos públicos a un ente social lleva consigo la potestad de intervención, por el hecho de estar en un vacío legal? De ser así, habría que estudiar los casos de, como ejemplo, las camadas de huehues que anualmente reciben recursos públicos para sus actividades y que ninguno tiene estatus legal.

Habrá que revisar los casos de las compañías de teatro, quienes, mediante becas, o giras, o talleres, o capacitaciones reciben recursos públicos y la inmensa mayoría no tiene registro legal como agrupación.

Los grupos de danza folclórica, incluidos los más reconocidos, no tiene registro legal como agrupación.

¿Son susceptibles para ser intervenidos?

Son solo ejemplos de actores culturales que operan desde la sociedad, pero sin alcanzar todavía su regulación legal.

¿Quiénes sí pueden ser intervenidos, por qué, para qué y bajo cuáles disposiciones legales?

Sin embargo, la trascendencia del tema no puede no debe ocultar la otra parte: la urgente necesidad de profesionalizar la oferta de servicios artísticos y culturales en todos los órdenes, partiendo desde la propia Secretaría de Cultura y extendiéndose a todos los entes en operación, individuales y grupales, sociales, empresariales o institucionales.

Otro punto más, no menos importante: la urgente exigencia de fiscalización sobre todo el entramado de actividades artísticas y culturales en todos los órdenes. El acervo del Tebac, valioso por sí mismo y por su significado para la actividad artística en el estado, debe ser recuperado, evaluado, clasificado, protegido y difundido.

La ventana abierta por Praxedis señalaría mínimo 2 mil trabajos, fundamentalmente grabados y litografías… pero ¿quién sabe?

Más ampliamente: los acervos de todo tipo, como la Pinacoteca del estado, o los archivos eclesiásticos… ¿cuántas pérdidas registran y que no son conocidas?

Ah, si… Rosa María Lucio, alguien que conoce de las penurias que entraña la consolidación de un proyecto cultural, ahora pone el pie en el cuello de otro proyecto con condiciones similares. Ante la imposibilidad de lo legal, la quimera de lo institucional, su actuación en este caso pide una revisión desde la mirada moral, ética.

Nota al margen…

Se desarrollaba la conferencia de prensa en el Palacio de Cultura, para dar a conocer el festival Inmensidad. Había ya sucedido el sainete donde simpatizantes del Tebac increparon al secretario de Cultura. Él estaba al micrófono hablando de las bondades del festival y de su carácter ciudadano, con apoyo esta ocasión de las secretarías de Cultura local y federal. Cuando Marvel remarcó la evolución social de Inmensidad hasta su actual florecimiento, y remarcó su apoyo institucional, un reportero cuchicheo al oído de otro reportero: sí, para que luego se los quiten…