Editorial
Es usual. El final de un año se toma, muy generalmente, como ocasión propicia para hacer recuentos.
¿Qué se hizo en el año? ¿Qué resultó bien? ¿Qué salió mal? ¿Qué es necesario rectificar? ¿Qué, fortalecer?…
2022 fue el primer año de actividad de la Secretaría de Cultura.
Nació este año.
Ojalá el proceso de autovaloración se lleve a cabo en la Secretaría de Cultura.
Ojalá los resultados puedan conocerse públicamente.
El discurso de “hacer comunidad” es deseable pueda concordar con la realidad.
¿Por qué no evaluar públicamente cada programa?
¿Sus metas, sus alcances, su impacto real?
¿Por qué no llevar al terreno de los hechos el discurso democrático?
¿Cuál es el impacto real de las caravanas culturales?
¿Por qué hay una oficina de atención a la población diversa y no hay oficina de atención para cada disciplina artística?
¿Cuál finalmente es el perfil con que se vestirá el MAT? ¿Sobre qué bases y con qué objetivos?
¿Por qué se anexaron a la red de museos institucional dos espacios privados, dejando fuera a algunos con mayor trabajo? ¿Cuáles los criterios?
¿Por qué la Secretaría de Cultura carece de ley orgánica?
Ring… ring… ring… Sí, hola Marvel… Ah… ¡Quieres contestar! ¡Bien!
ENTRETELONES
El trabajo periodístico, como todo trabajo, tiene ante sí la obligatoriedad del respeto, de la ética…
Hundir la nariz en una investigación lleva consigo raspaduras y malos olores, pero se soporta hasta encontrar la herida…
Y que otro, otra, lleguen y cínicamente copien estructura y líneas completas, eso se llama no tener madre.
La liga es hacia el trabajo de esta cada editorial sobre el caso Tebac:
Y esta otra liga, hacia otro intento con el mismo tema:
¡Comparen!