Jue. May 2nd, 2024

Gilberto Lima Pérez

José Luis Puga Sánchez

Sin temores, decidido, Armando Díaz de la Mora asume la responsabilidad de sus palabras y afirma: “no hagan caso a Brito (Baltazar Brito Guadarrama). Tuve diferencias con él desde que sacamos con Guadalupe Alemán el librote (El Lienzo de Tlaxcala). Se ha querido erigir como gran conocedor de los códices de Tlaxcala y tuvimos dificultades porque me permití hacerle algunos cometarios, correcciones, que no le gustaron. La última edición del Lienzo de Tlaxcala que presentó hace poco más de un año, no aporta nada. Están copiando información del siglo XVIII, solamente están transcribiendo el texto de Chavero de 18922”.

La andanada del historiador contra el actual director de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia del INAH tiene su antecedente: en 2018, dentro de la Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia en la ciudad de México, tuvo lugar la presentación del Lienzo de Tlaxcala, libro editado por Guadalupe Alemán en coordinación con Brito Guadarrama.

Cinco años después, el propio Brito Guadarrama publica una nueva edición del Lienzo de Tlaxcala, pero deja de lado a Guadalupe Alemán. Explica, o trata de hacerlo, que su edición es “popular”, “sencilla”, a bajo costo en materiales y con precio accesible: 230 pesos en Amazon.

Guadalupe Alemán editó un libro de lujo, en gran formato, con imágenes y gráficas nítidas, pasta dura… ¡Y regaló todo el tiraje a escuelas y bibliotecas públicas!

¿Cuál es popular?

A esa edición de Brito le fue excluida, inmoralmente pues la idea fue de ella, el trabajo de Guadalupe Alemán.

A Baltazar Brito Guadarrama, Armando Díaz de la Mora niega todo tipo de aportación y lo sitúa en papel de mero copista… ¡pero cobra caras sus copias!

En una intervención en el Festival Comunitario Camaxtli, Díaz de la Mora se pronunció también por revalorar a Próspero Cahuantzi, por su preocupación por la cultura indígena tlaxcalteca, quien “mandó una exposición a París en 1889… y manda magueyes. En 1892 se suma a los 400 años (de la llegada de Colón), en octubre de 1895 da el discurso de bienvenida en náhuatl a 23 países presentes en un encuentro de americanistas y él es el responsable de la exposición arqueológica que se da en ese primer congreso”.

Próspero Cahuantzi –precisa el historiador- rescata a Xicohténcatl Axayacatzin. “El 16 de septiembre de 1904 a San Nicolás le pone Xicohténcatl Axayacatzin y en 1907 propone la creación de una estatua que, lamentablemente, hasta 1941 se instala en la actual Plaza Xicohténcatl. A Próspero Cahuantzi se le ve como represor, pero no hemos visto todo lo que hizo en cultura”.

Festival Comunitario Camaxtli tuvo lugar en la medianía de marzo en un lugar emblemático para Tlaxcala: Tepeticpac, uno de los cuatro antiguos señoríos.

Ormuzd Ivings Méndez Rivera, miembro de la sociedad comunitaria Tepeticpac y del movimiento solidario tlaxcalteca, en complicidad con el grupo cultural Tizatlán y apoyo del Colegio de Tlaxcala, dijo que con el festival se pretende rescatar la cultura tlaxcalteca.

Con esa mira se realizaron talleres, capacitaciones, reinterpretaciones de los trajes de guerra de los señoríos, presentaciones de libros, conferencias, conciertos y escenificación de rituales, “para que la gente conozca su cultura, la cuide y la difunda”.

Con ánimo revisor, afirmó una de sus principales pretensiones fue buscar “corregir” algunos detalles de la historia que están equivocados, por ejemplo, “el famoso error de que los tlaxcaltecas fueron traidores, demostrado con muchas ponencias presentadas aquí a lo largo de diez años por investigadores incluso de otros países”.

Para particularizar, el sociólogo Gilberto Lima Pérez presentó su libro sobre el mapa de San Pedro Tlacotepec, volumen que busca reconstruir la historia de su lugar de origen, una nueva forma de ver y entender su presente. “Se puede hacer desde la historia o desde el arte, a través de la pintura, la música herramientas para establecer nuestra realidad”, apuntó.

San Pedro Tlacotepec –explicó- pertenece a Xaloztoc, región que en el siglo XVI fue frontera entre tlaxcaltecas y otomíes, por lo que prácticamente ha estado desatendida.

El mapa no lo define con claridad, pero el códice existente que sustenta el mapa da cuenta que las dimensiones del pueblo no han cambiado nada, lo que quiere decir que ha protegido su integridad, lo que indica que comunidades organizadas pueden preservar su territorio.

Entre los valores preservados se encuentra la idea de comunidad, el trabajo común, la cohabitación con la naturaleza…

Hizo también referencia a ex haciendas en ruinas: Teometitla, Acocotla, Tochac… Para paso seguido interrogar al aire por su historia. “¿Qué sucedió?”.

Pero Gilberto Lima interviene: El pueblo unido reclama la invasión de tierras, al no ser escuchado toma violentamente las tierras invadidas y se reapropia de ellas… No valoramos correctamente esos vestigios.

Y saltó al presente, puso énfasis en la gran rivalidad muchas veces existente entre los pueblos: “alrededor de 20 años atrás la gente de Tocatlán no se casaba con la de San Cosme, se odiaban, y eran del mismo municipio en ese momento. Actualmente Tocatlán ya es municipio”.

Cerró su participación con su comentario de que “los documentos son otra fuente de información que permite rescatar, revalorar o corregir concepciones actuales de la historia”.

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