Mié. May 8th, 2024
Flamante consejo

José Luis Puga Sánchez

Muy sigilosamente, sin convocatoria abierta al sector, la Secretaría de Cultura de Tlaxcala constituyó el consejo consultivo del Museo Miguel N. Lira, conformado por 27 personas que se desenvuelven en diferentes actividades del ámbito de la cultura.

El 2 de febrero estas personas encontraron nuevamente el muñequito en la rosca.

El consejo operará bajo el compromiso de contribuir al enriquecimiento cultural de Tlaxcala y preservar el legado del escritor Miguel N. Lira. En su sesión constitutiva, quienes integran el consejo se asumieron como artistas, escritoras, empresarias, investigadoras, defensoras de los derechos humanos y especialistas en la obra de Miguel N. Lira y la cultura de Tlaxcala… Todo en femenino, pues 20 de los 27 integrantes son mujeres, sin temor a contravenir la justicia en la equidad de género.

El consejo asume el compromiso de colaborar con la dirección del museo para promover el acceso, la educación y la difusión de la obra de Miguel N. Lira y de las letras de Tlaxcala en general, compromiso difícil de llevar a cabo ante la degradación de rango oficialmente impuesto a quien por dos años había ostentado el cargo de directora, para ahora, sin la necesaria explicación, ser presentada como encargada. El Museo Miguel N. Lira carece intempestivamente de dirección. ¿Tiene relación la beca recientemente obtenida por la exdirectora en el Sistema Nacional de Creadores de Arte y sus reglas de operación?

“El cargo de cada una de las personas que conforman este consejo es de carácter honorífico y por 3 años, mismos que se podrán renovar si así se decide”. Esto significa que trabajarán durante tres años para el Museo Miguel N. Lira, por tanto, para la Secretaría de Cultura, sin ningún tipo de salario ni prestación.

Sus integrantes fueron elegidos por elección directa, sin convocatoria abierta, mediante desconocidos criterios y ¿evaluación? incierta. Abandonada en el desierto quedó la transparencia en el proceso.

¿Y qué harán? ¿Cuáles son sus responsabilidades?

El primero punto en el catálogo de sus funciones corresponde a difusión y comunicación. Aquí se comprometen a estar al tanto de las presentaciones, charlas, conferencias, exposiciones, presentaciones de libros, coloquios, encuentros con autoras y autores, diplomados, cursos, talleres, ferias editoriales y demás eventos que se realicen en y desde el museo; y así difundir estas actividades en los ámbitos de influencia de cada una de las personas del consejo. Además, colaborar en estrategias de difusión y comunicación para dar a conocer las actividades del museo, utilizando diversos medios como redes sociales, prensa local y otros canales.

El segundo punto tiene que ver con el fomento de la diversidad e inclusión, que consiste en ofrecer orientación sobre cómo asegurar que la programación, las exhibiciones y el personal reflejen la diversidad de la comunidad y de las perspectivas culturales, con mayor atención en las personas en situación vulnerable y para mujeres, infancias y pertenecientes al colectivo LGBTIQ+. Ninguna mención para ancianos, comunidades rurales e indígenas, minusválidos, personas en reclusión… ¿Los hombres?… mmm. Diversidad dirigida, segmentada.

El tercer apartado es sobre promoción (ya se había hablado de difusión y comunicación, eh) y fortalecimiento. Deberá el consejo colaborar en la planificación y ejecución de actividades culturales que promuevan la figura de Miguel N. Lira, en espacios diferentes al museo y fomenten el interés por la literatura tlaxcalteca. Esto puede incluir charlas, talleres, exposiciones y eventos relacionados.

Formación de públicos es el cuarto punto en la lista de responsabilidades, donde los consejeros se comprometen a contribuir en la creación de programas educativos y culturales dirigidos a diversos públicos, fuera del espacio del museo, con el objetivo de aumentar la conciencia y aprecio por la literatura de Tlaxcala, adaptándolos a diferentes edades y perfiles.

Apoyo a escritoras y escritores es otra tarea asignada, por la cual deberán desarrollar iniciativas que respalden a escritoras y escritores locales, brindándoles espacios fuera del museo para la presentación de obras, talleres de escritura, becas u otros recursos que fomenten su desarrollo y participación en la escena literaria.

El sexto apartado corresponde a vinculación con comunidades. Aquí deberán establecer vínculos con comunidades locales y regionales, para involucrarlas en las actividades del museo, asegurando que la institución sea un recurso accesible y valioso para todos.

Evaluación de programas es el punto siguiente, donde se establece que tienen que participar en la evaluación de programas y proyectos del museo, proporcionando retroalimentación constructiva y sugerencias para mejorar la efectividad de las actividades desarrolladas.

El fomento a la investigación está también contemplado, por lo que deberán incentivar la investigación en torno a la vida y obra de Miguel N. Lira, así como a la producción literaria en Tlaxcala, facilitando el acceso a recursos de otras fuentes no gubernamentales y promoviendo la publicación de trabajos relevantes.

El consejo consultivo tiene entre sus responsabilidades fomentar un comportamiento ético y responsable de las personas usuarias del espacio, tanto talleristas, expositoras, presentadoras, maestras, facilitadoras y gestoras.

Los lineamientos que los consejeros deberán hacer respetar a los usuarios contemplan el respeto a la diversidad, el fomento de un lenguaje inclusivo, aunque no se explica qué deberá entenderse por “lenguaje inclusivo”; adecuación de contenidos, confidencialidad, honestidad y transparencia (en un consejo constituido en lo “oscurito”), cuidado del medio ambiente y evaluación continua.

¡Brillante!… Mediante el mecanismo de consejo consultivo con nombramiento honorífico, descargan a este cuerpo colegiado la responsabilidad que institucionalmente corresponde al Museo Miguel N. Lira y a la Secretaría de Cultura, pero sin afectar sus recursos presupuestales ni su personal, o la necesidad de contratar otros. Y ante la carga de responsabilidades, la vida profesional de los consejeros indudablemente se verá seriamente afectada, pues entre hacer promoción, difusión y comunicación, además de formación de públicos, apoyo a quienes escriben, la vinculación con comunidades, la evaluación de programas, supervisar el uso del museo, verificar el lenguaje que se emplee y varias cosas más, apenas dispondrán de tiempo para tu trabajo… y sin salario. Pero hay una advertencia en el contrato: “Estas funciones podrán ampliarse siempre que así decida colectivamente”.

El consejo consultivo del Museo Miguel N. Lira está integrado por su “encargada” Gabriela Conde Moreno, Carmina Toriz Lira, Ana Rosa Díaz, Angélica Minor, Diana Morales, Donovan Alexis Herrera, Fabiola Carrillo Tieco, Francisco Antún Corichi Sesín, Frida Vargas, Geovanny Pérez López, José Alberto Tenorio, Julio César Velasco y Velasco, Karen Sharon Martínez, Karen Villeda, Karla Morales, Liz Montoya, Luz Magaly Cruces Arteaga, Ma. Andrea Olimpia Guevara Hernández, María de Lourdes Huerta Bretón, María Teresa Meneses, Marisol Nava, Olivia Teroba, Rocío Juárez, Rocío Velázquez Llorente, Salvador Armas Ruíz, Susana Fernández Ordoñez, Violeta Carrasco Jiménez y Yassir Zarate Méndez.

contacto: piedra.de.toque@live.com

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