Mié. May 8th, 2024
Luis Reyes (1979) Foto Fondo Teresa Rojas, CIESAS

José Luis Puga Sánchez

20 años han transcurrido desde la muerte de Luis Reyes García, etnolingüística cuya huella es profunda en los estudios e investigaciones sobre las culturas originarias y su paso en la historia, especialmente la tlaxcalteca.

En este su vigésimo aniversario luctuoso, la Secretaría de Cultura anunció la redición de varios de los libros angulares del investigador, empezando por “Historia cronológica de la noble ciudad de Tlaxcala”, escrita por Juan Buenaventura Zapata y Mendoza, con transcripción paleográfica, traducción, presentación y notas de Luis Reyes García y Andrea Martínez Baracs… pero seguirán otras reediciones, como parte de la construcción de la biblioteca Luis Reyes.

Antonio Martínez Velázquez, Marvel, resaltó, en el acto del bautizo de una sala del Museo de la Memoria como “Luis Reyes”, su aportación a los estudios de las culturas de Mesoamérica, muy especialmente de Tlaxcala.

Se detuvo en los estudios del etnólogo sobre la posesión de la tierra y su perspectiva el funcionario la etiquetó en el apartado del indigenismo contemporáneo y de una lectura marxista, en consonancia con Mariátegui, quien –recordó- decía que “la cuestión indígena no era la cuestión indígena, sino un problema de la posesión de la tierra”, conclusión a la que también llega Luis Reyes.

Afirmó Marvel que “entender a las culturas indígenas en la actualidad de una manera que se ven congeladas en el tiempo, no ayuda en nada, porque eso favorece una visión paternalista y asistencialista. Lo que hay que hacer, viene aquí esa visión marxista, es entender el proyecto de esas culturas indígenas tiene que ver con la posesión comunal de la tierra, con la división del trabajo comunitario y con las formas democráticas de gobierno a través de las asambleas y los cabildos indígenas. Si entendemos que ese es el objetivo histórico de esa civilización, entonces las dejamos de ver como congeladas en el tiempo y las entendemos desde un punto de vista contemporáneo”.

La perspectiva del aspirante a candidato a diputado federal fue compartida casi íntegramente por Ludka de Gortari Kraus, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, quien dijo que no es gratuito supresiones o falseamientos en la historia de los pueblos indígenas, pues hay para quienes no han transcurrido los 462 años de colonización y prefieren ver a los indígenas como una sociedad petrificada, inmovilizada por el trauma de la conquista, que por atavismo arrastra formas comunitarias en la posesión de la tierra y en el trabajo y formas democráticas de trabajo.

Explicó que para la política de “integración cultural” o de acción en zonas “marginadas”, es necesario pensar que las sociedades indígenas son “fósiles culturales” o “sobrevivencias”. Aceptar que la posesión común de la tierra, las formas comunales de trabajo y las formas democráticas de gobierno son objetivos de la sociedad “india” en su proyecto histórico, plantearía –subrayó- na acción política diferente.

En particular sobre Luis Reyes, la investigadora dijo que el programa de formación profesional en etnolingüística, instrumentado en San Pablo Apetatitlán de 1983 a 87, implicó poner en práctica, por segunda ocasión, un programa académico para potenciar los conocimientos lingüísticos y culturales de jóvenes indígenas. En la segunda generación de formaron etnolingüistas que hablan mazateco, chinanteco, tzeltal, tsotsil, chol, mixe, tenek, chontal, popoluca, zoque, tlapaneco y mayo.

El acto conmemorativo tuvo ese día la imposición del nombre de “Luis Reyes” una de las salas del Museo de la Memoria, recinto que en breve recibirá, otro anuncio, una exposición con algunos de los documentos resguardados en la biblioteca que en La Magdalena Tlaltelulco, lugar de su radicación por más de tres décadas, heredara el brillante etnólogo.

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