Editorial

El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación les dio la razón.

El Instituto Tlaxcalteca de Elecciones no supo y no quiso realizar bien su consulta.

Ahora, por orden del tribunal, deberá preguntar nuevamente a las 94 comunidades reconocidas en Tlaxcala como portadoras de usos y costumbres como su sistema normativo.

¡Y ahora debe hacerlo bien!

¡Con respeto a la ley… de los indígenas!

Y el Congreso del Estado también está conminado, por el mismo tribunal, a consultar a esas mismas comunidades sobre la posible creación de la figura de diputados indígenas ¡reales!

Pero el Congreso se resiste.

¡No quiere y no opera!

La Secretaría de Cultura abre consulta pública con la vista en una eventual ley estatal para garantizar los derechos culturales.

Pero su mirada la depositó en las personas, en algún mayordomo, algún fiscal, algún hablante…

Su mirada encegueció para las comunidades, pese a ser ese el discurso, solo el discurso, oficial.

Las comunidades, como tales, que aún tiene usos y costumbres fueron apartadas de esta consulta, obviadas, bordeadas, evitadas…

¡Y hay fiesta por el día de las comunidades indígenas!

Pero no llegaron los comensales.

Nadie les aviso que había fiesta en su honor.

No supieron y no llegaron.

Pero fotos brillantes si llegaron a los diarios.

Aunque la escenografía fuese de cartón.

La Secretaría de Bienestar aprende bien de montajes teatrales.

¡Pero Tlaxcala es tierra de tradiciones!

¡Amamos y nos enorgullecemos de nuestro pasado histórico!

¡El pasado!

¿El presente?

Muere lentamente en la manipulación y la anemia…